La fiabilidad defensiva del Villarreal sigue siendo el mejor aval del equipo de Fran Escribá que, amparado en esa fortaleza, logró sumar un punto importante, si se tiene en cuenta en las condiciones en las que afrontó el partido de anoche (0-0). El entrenador amarillo tuvo que echar mano de un chico del filial, que debutó en Primera, para suplir las carencias que presenta el fútbol ofensivo del Submarino. Con Sansone sancionado, Bakambu en la Copa Africa y Soldado lesionado, además de las bajas sensibles de Cheryshev y Soriano, el Submarino se plantó en Riazor con demasiadas concesiones al rival. Todo ello, unido a la escasa aportación de Pato y a la inexperiencia de Santos Borré, motivaron que el Villarreal apenas tirara a puerta.

Con ello, el punto sumado es muy importante, dadas las circunstancias. El cero en la puerta de Asenjo volvió a ser clave para un Submarino que sigue siendo un muro para los rivales y el equipo menos goleado de la Liga. Un honorífico título que se corresponde con la fiabilidad defensiva del equipo. Es complicado que le generen ocasiones al Villarreal, incluso cuando, como anoche, en su defensa faltaba hombres como Jaume Costa o Musacchio. Álvaro ha asumido el papel perfectamente, con sus características distintas al argentino, pero aportando su velocidad y contundencia, con menos lucidez en la salida del balón, pero para eso ya está Víctor Ruiz. Y cuando hace falta, aparece Asenjo, quien apenas tuvo trabajo durante el primer tiempo, salvo cuatro balones bombeados a su espacio aéreo. El engranaje defensivo se completa con la solidaridad que se teje desde la medular, con el gran trabajo invisible que sale de Bruno, pero sin restar méritos a Jonathan, Trigueros o Samu Castillejo.

PRESIÓN LOCAL // El Deportivo saltó con la efervescencia habitual en su estadio. Arreones de furia y llevando la pelota con rapidez al área, con el referente claro del internacional rumano Florin Andone. Pero más ruido que nada, porque el Villarreal, bien anclado atrás, apenas sufría. Y, poco a poco, le quitó gas al conjunto gallego, enfriando el juego con largas posesiones. Otra cuestión diferente era la otra faceta del fútbol: el juego ofensivo.

El Submarino cocinaba a fuego lento la elaboración de sus acciones, pero le faltaba esa pincelada de inspiración o la chispa de la improvisación para culminar su cocina de diseño con un toque de la más tradicional, basada en la velocidad, el uno contra uno o la lectura de un desmarque que logre romper al rival. Al Villarreal le faltaba ese punto diferencial, porque arriba le sigue faltando un futbolista con carácter, oficio y talento; para ser más explícitos: se echa mucho de menos a Soldado. La responsabilidad de ser el referente del juego ofensivo de un equipo con vitola de puntero en España es demasiado asfixiante para un chico joven y sin experiencia como Santos Borré, quien posee cualidades pero que necesita mucho rodaje en Primera.

Solo un tiro desde la frontal del área de Bruno logró que Tyton se enterase de su función era la de portero y no de ser un espectador más. El Villarreal no estaba jugando mal, pero su inocencia en ataque es demasiado manifiesta. Y la primera parte concluyó sin apenas acciones destacables para reseñar como ocasiones de gol.

ANTE TODO, CONTROL // La igualdad era absoluta. El partido continuaba metido en un molde en el inicio de la segunda parte. Ni Depor ni Villarreal asumían riesgos. Hasta que, con el paso de los minutos, el equipo gallego fue perdiéndole el respeto a su rival y empezó a hacerle daño, simplemente canalizando sus acciones por la banda y buscando el centro a su 9. El rumano, que pasó por la cantera del Castellón y Villarreal, gozó de las dos mejores ocasiones del partido en apenas cinco minutos. La primera en un remate acrobático que se estrelló en el palo; la segunda, en un tiro desde la altura de punto de penalti que Asenjo no pudo atrapar y pudo constarle un disgusto al Villarreal, que había perdido el sitio y el control, atrincherado en el área y achicando agua.

Escribá echó mano del delantero del filial Mario González para reactivar su ataque, demasiado previsible, inocente y falto de punch. El sacrificado fue Borré, demasiado tierno para este Villarreal con aspiraciones de equipo puntero. La salida del canterano coincidió con una pequeña reacción del Villarreal, tan tímida como la sensación de que era casi imposible que marcara. El Deportivo aún tuvo su tercera ocasión para llevarse el triunfo en un remate de cabeza de Joselu que Asenjo despejó milagrosamente.

TOCABA AGUANTAR // El Villarreal, muy limitado por las bajas en ataque, pudo conservar el 0-0. Escribá lo vio muy claro y sustituyó a Pato por N’Diaye para secar a Joselu. El técnico no podía hacer mucho más. Es un punto positivo, dadas las circunstancias. Ahora hay que recuperar efectivos y volver a armar el equipo.