El Atlético siente la presión del Villarreal en el cogote. Mientras los colchoneros ganaban con demasiados apuros al Granada y la Real se deshinchaba ante el Athletic, el Submarino ganaba con contundencia una de las 12 finales para repetir el cuarto puesto del año pasado. Un triunfo logrado con autoridad en un campo complicado y ante un rival de caché como el Celta. El equipo de Escribá alcanza el tramo final de la Liga en un gran momento y siendo uno de los candidatos con más fuerza para agarrar esa cuarta plaza de Liga de Campeones. Y si no se logra finalmente, por lo menos, aseguraría la cuarta presencia consecutiva en la Europa League… que tampoco está nada mal. Un gol de Soldado y la portería a cero fueron las claves en esta carrera hacia la Champions que mantiene al Villarreal muy bien colocado.

El Villarreal continúa en línea ascendente. Ha superado la cuesta de enero para postularse como un serio contrincante para el Atlético de Madrid en la disputa, junto con la Real Sociedad y hasta Athletic, por esa cuarta plaza que otorga la posibilidad de jugar la Champions. Escribá resolvió las tres incógnitas principales que reservaba el once titular de Balaídos. Musacchio fue titular por Álvaro, Roberto Soriano ocupó la banda izquierda en lugar de Samu y Roberto Soldado formó con Bakambu ese tándem de ataque que incordia y es una mosca cojonera para las defensas rivales. El Celta, por su parte, introdujo cinco cambios respecto al equipo que superó al Krasnodar en la Europa League.

El conjunto vigués apuró las posesiones de balón, largas pero inconsistentes cara al marco de Andrés, pese a que su primera, y única oportunidad del primer tiempo, fue un tiro del examarillo Rossi que desbarató Andrés con solvencia.

El Submarino ha recuperado sus coordenadas como equipo y es un bloque fuerte y con sus movimientos defensivos muy bien sincronizados. Transmite nuevamente sensaciones de bloque muy trabajado, pero además ha mejorado notablemente su capacidad de intimidación al contrario. Soldado ha conferido un plus importantísimo de agresividad y Bakambu es un gigante gigantea quien su compañero de delantera convierte en más grande todavía. El Celta tenía más la pelota, pero el Villarreal sabía mucho mejor lo que hacer con ella cuando la tenía en su poder. Trigueros, el arquitecto que diseña el fútbol ofensivo de los amarillos, sacó el compás y con trazo fino envió una diagonal para Roberto Soriano, quien se plantó solo ante Sergio pero no tuvo la precisión necesaria para batirle, y eso que contó con una segunda oportunidad en la misma jugada. Poco antes la había tenido Soldado.

El gol decisivo

El Villarreal comenzaba la elaboración en las botas de Musacchio y Víctor Ruiz, apoyándose en Bruno y canalizando tanto para Jonathan dos Santos como para Roberto Soriano, ambos muy participativos. El Celta intentaba amordazar al Villarreal asfixiando a Trigueros, pero cuando un equipo posee tanto talento como este Villarreal no resulta una tarea fácil. El Villarreal se sentía cómodo, jugaba bien y apuntaba peligro. Y al filo del descanso una falta botada por Jonathan es prolongada por Musacchio, topándose el balón con Soldado que, casi sin querer, desvió el esférico lo justo para dormir en la red.

El 0-1 no cambió la hoja de ruta. El equipo de Escribá continuó firme en su idea, pero la clave y el pilar de su juego, era la firmeza y la fortaleza como bloque que mantenían a Andrés como un privilegiado espectador. Berizzo veía como se escapaba el partido de las manos y tiró de sus pesos pesados. Iago Apas y Beauvue entraron al campo. Escribá respondió con la carta de la velocidad de Sansone, sustituto de Soldado, quien se retiró con visibles síntomas de cansancio por el esfuerzo.

La posesión de balón era del Celta, que metió una marcha más a su dominio, pero no logró ni arañar, tan siquiera, el muro del Submarino. El Villarreal exhibía una fuerte personalidad y mandaba, a su estilo, en el partido. La presión celtiña era más aparente que real. Y el peligro lo ponía el Submarino al contragolpe. Incluso el marcador caminaba más hacia el 0-2 que al 1-1. Pero lo más importante es que el Villarreal no sufrió en ningún momento por mantener el gol de Soldado. Y con el triunfo sigue metiendo presión al Atlético y consolidado su posición europea. Un buen Villarreal en Balaídos.