El Villarreal ofreció mucho más fútbol que goles. El buen juego de los amarillos solo obtuvo el premio de un escaso 2-1, que no reflejó las diferencias. El Zúrich solo pudo frenar el tsunami amarillo que se le venía encima a base de reiteración de faltas. Una buena noche de fútbol europeo con un Madrigal entregado a su equipo. El Submarino sumó sus tres primeros puntos, pero lo más interesante es que transmitió muy buenas vibraciones. La mejoría en el juego ofensivo -a pesar de que solo se marcaron dos goles- es notable; la exhibición de calidad es otro aspecto muy importante.

Tener un auténtico plantillón como el que tiene esta temporada el Villarreal permite una política de rotaciones -o de revoluciones en el once de un partido a otro-como la que anoche desarrolló Escribá en El Madrigal, en el debut en la presente edición de la Europa League. Solo repitieron tres jugadores de partida respecto al bloque que venció con brillantez en Málaga: Víctor Ruiz, Santos Borré y el intocable Bruno. Algo parecido a lo que aconteció en el debut del año pasado en Viena, pero este año el Submarino ha elevado su pedigrí considerablemente. La alineación contra el Zúrich era un auténtico lujo, con futbolistas con calidad incuestionable y también con un alto caché económico.

GOL EN CONTRA PARA EMPEZAR // El Villarreal, con un poco de retraso eso sí, ha dejado la pretemporada. Ahora ya es un equipo con cuajo y futbolistas con un nivel de forma muy cercano al ideal. Hasta tal punto, que un error defensivo del mismo perfil al de la ida de la previa de la Champions contra el Mónaco, también con N’Diaye como protagonista, en esta ocasión pareció solo un accidente y no una catástrofe como ante los del Principado. Un fallo en la entrega del senegalés concluyó con un tiro desde la frontal del área de Sadiku, que se le coló a Andrés pegado al poste. Apenas 100 segundos de juego y el Villarreal volvía a tener el marcador en contra. Pero, esta vez sí, solo fue un accidente. Nada más que eso. Se notó enseguida que el Villarreal no iba a tener demasiados problemas para ganar.

El Madrigal, que registró una magnífica entrada, respiró un ambiente totalmente favorable a los suyos. No existieron líneas rojas ni debate alguno, porque desde el primer minuto hubo un pacto mayoritario por el Villarreal. N’Diaye lo pudo comprobar unos instantes después de que su error concluyera en el 0-1, con aplausos incondicionales de aliento. Y los amarillos se lo agradecieron con un fútbol coqueto y alegre, con Pato como diseñador de un estilo muy a lo Armani, con acciones de verdadero talento, adornadas con paredes, tacones y remate de bellísima factura. La libertad de movimientos de la que disfrutó anoche, y sus arrancadas desde atrás, le dieron un plus muy importante al conjunto groguet.

GRANDES ACCIONES // Los dos goles del Submarino bien merecían dormir un poco menos para el espectador y llegar a casa más tarde de lo habitual. El brasileño se fabricó el mismo el 1-1 con un remate a bote pronto de crack. Sin duda lo que es Pato, un artista de la pelota. El 2-1 también tuvo como protagonista al ex del Milán, aunque ahora como fino albañil que alza paredes de alto diseño; a una de ellas le sacó brillo Jonathan con otro remate de perfil parecido al de Pato. Otro golazo de talento. El Villarreal se marchaba al descanso con 2-1 y dejando un buen sabor de boca. Ni la condición de equipo de segunda de una liga menor como la suiza restaba mérito.

Al Villarreal le había faltado hasta Málaga esas pinceladas de trazo fino y preciso que volvieron a brillar ante el Zúrich. Además, se conservaron las líneas maestras del estilo marcelinista con una excelente organización defensiva, líneas juntas, coordinada presión al poseedor del balón y la predisposición a empezar la elaboración del juego desde la parcela defensiva. Y luego la suma de pluses individuales. Este Villarreal posee muchos futbolistas con talento y anoche esa calidad comenzó a despertar en hombres como Pato, Cheryshev o Jonathan, sin olvidar a Santos Borré. Destacable también el buen partido de N’Diaye, que dejó en anécdota el fallo del minuto dos.

OBRA DE TEATRO // La apuesta por agradar del Villarreal no tuvo su premio con goles. El partido fue una obra de teatro en la que los suizos solo fueron meros actores secundarios. Posiblemente los hombres de Escribá se recrearon demasiados y dejaron para otra ocasión el gol, viéndose tan superiores a un rival para quien la mínima derrota por 2-1 fue un éxito increíble porque las diferencias en todas las facetas del juego entre el Villarreal y el Zúrich quedaron anoche muy evidenciadas en todo, menos en el resultado. H