Ni llorar ni lamentarse. Ese es el mensaje de Fran Escribá para afrontar este mediodía (12.00 horas, beIN LaLiga) un partido ante uno de los equipos más en forma del fútbol español y que mejor se ha reforzado en el mercado de invierno. Lo hace, además, en el Pizjuán, un estadio que emana un ambiente especial, como el color de Sevilla que ha hecho famoso el estribillo de la canción. El Villarreal llega con ausencias sensibles, pero también con un bloque que posee mimbres para competir en cualquier escenario si ha apretado el botón de on desde el primer minuto. Y más cuando delante tienes a un adversario que ha cambiado el objetivo de meterse en la Champions por el de pugnar por el título con los grandes.

Escribá tendrá que activar su plan B para ponérselo complicado a un rival con poderío físico y con muchos recursos técnicos. El cambio en el dibujo táctico se apunta como necesario y, quizás, inteligente, dadas las circunstancias. El regreso de Bakambu le ha convertido en el gran fichaje de febrero del Villarreal, junto con Cheryshev, aunque ambos todavía no se encuentran al mejor nivel para competir durante los 90 minutos. El primero, por el descenso en el nivel de entrenamientos durante su estancia en la Copa de África; y en lo que al extremo ruso se refiere, por la falta de ritmo después de salir de una larga lesión. Pero que estén en el banquillo en el Sánchez Pizjuán ya es una muy buena noticia.

UNA PAREJA INUSUAL // El Villarreal tendrá algunas novedades importantes. En la defensa, un tándem poco habitual con Bonera y Víctor Ruiz, dos centrales que no han actuado juntos en demasiadas ocasiones, pero que suplirán la falta de velocidad -no es su principal virtud- con experiencia y ese gen competitivo que distingue a ambos. El guerrero Jaume Costa regresará al once, después de cumplir su sanción.

En la línea de medios, el Villarreal jugará con Rodrigo en el mediocentro, formando pareja con Bruno. Por delante, destacará la ubicación de Trigueros como enlace de Adrián, con Castillejo por una banda y Jonathan por la otra. Cheryshev podrá dar unos cuantos minutos de su desborde y potencia saliendo desde el banquillo. Un refuerzo de primer nivel para el Submarino.

En ataque, como único punta Adrián, quien asegurará movilidad y un mayor aporte al fútbol combinativo del Villarreal. Bakambu será el recurso al que podrá agarrarse el conjunto amarillo en la segunda parte, según el curso del marcador.

Todo lo anterior es la teoría, lo que se escribe en la pizarra, los preparativos de un duelo entre dos muy buenos equipos. Pero no servirá de nada si el Villarreal no exhibe su cara buena, la del conjunto sólido y aguerrido que pelea y muerde, que entiende por sacrificio y trabajo su fútbol.

HASTA EL FINAL // En el Pizjuán no sirve otra cosa que pelear hasta la última pelota y ser serios en defensa. Y durante los 90 minutos, porque los nervionenses son el equipo que, esta temporada, han sabido exprimir mejor los minutos finales de los partidos y más puntos han sumado durante las segundas partes. Todo lo contrario que el Villarreal. Fácil no será. En ningún campo lo es.