Ganar y esperar. Parece sencillo, pero precisamente hoy no lo va a ser. Una de las citas más importantes de la temporada, la más decisivo en la Liga, sin duda, no llega en el mejor momento para un Villarreal mermado físicamente por el esfuerzo en Europa y por el nulo interés de los dirigentes de su país de otorgarle un descanso digno. Poco más de 48 horas habrá tenido Marcelino para preparar la visita del Levante (12.00 horas, El Madrigal), un partido que puede dar un golpe definitivo al objetivo de jugar la próxima Champions. Si el Submarino supera los contratiempos y salda con un triunfo el derbi autonómico, ocho horas y media después puede verse con 11 puntos de distancia con la quinta plaza si el Barça cumple los pronósticos y derrota al Sevilla en el Camp Nou. Sin duda, todos los esfuerzos que hagan los futbolistas del Villarreal este mediodía estarán justificados.

Marcelino acudirá a las rotaciones para salirse con la suya ante el remozado Levante que llega con uno de los últimos ídolos groguets en sus filas: Giuseppe Rossi. Tras la segura ovación al Bambino no habrá más tregua en la grada del Madrigal para los granota. Si la lógica se impone, el técnico del Submarino dará descanso a algunos de los jugadores más explotados en las dos últimas e intensas citas en el Calderón y en el San Paolo, aunque aventurar un once es todo un atrevimiento. Aún así, hombres clave como Bruno, Víctor Ruiz o Soldado podrían coger oxígeno y dejar su plaza a relevos cualificados como Trigueros, Bonera o Baptistao, respectivamente, con opciones también para Castillejo en las bandas del centro del campo ante la ausencia sorpresa de Rukavina, de titular ante Atlético y Nápoles a la grada.

Las complicaciones para dar una estocada definitiva a sus rivales por la cuarta plaza --ojo que la derrota del Madrid acercaría mucho la tercera-- y sumar la 13ª jornada sin perder crecen un poco más con la baja de Jaume Costa, pero el aliciente de estos tres puntos de oro debe bastar. H