El Villarreal regresó anoche de Rusia con el billete a los cuartos sellado gracias a goles de Iborra, Gerard Moreno y Morlanes. Y, lo más importante, con la autoestima reforzada y el aporte moral suficiente para autoconvencerse de que este grupo de jugadores que dirige Calleja posee mucho más fútbol y talento del que demuestra la clasificación de LaLiga. El todopoderoso Zenit fue un muñeco en manos de los amarillos. Superiores de principio a fin. El 1-3 final tiene un valor que va mucho más allá de meterse entre los ocho mejores de la Europa League y deja una inercia favorable para afrontar el decisivo partido contra el Levante. El Villarreal dejó impronta de grande en Rusia y continúa invicto en Europa.

El Submarino saltó al majestuoso Gazprom Arena con el software reseteado. Parecía un equipo diferente, sin la cabeza llena de temores y con una personalidad tremenda. Una vez más, Europa actuó como bálsamo. Sin la presión del descenso en la nuca, era otro conjunto distinto. Ni la majestuosidad del escenario, ni el ambiente adverso, ni el potencial del líder de la liga rusa... nada atemorizó a los groguets, que implantaron su estilo. Eso sí, los errores puntuales que le condenan habitualmente en el torneo doméstico, aparecieron de nuevo. Por ellos no pudo marcharse al vestuario con ventaja el Villarreal y hacer bueno el gol de Iborra de cabeza, en una acción a balón parado muy bien trenzada.

Dos perdidas de balón, totalmente evitables, de Chukwueze y Morlanes, constituyeron las dos acciones más peligrosas del Zenit. La primera estuvo a punto de convertirse en gol; la segunda concluyó en el 1-1. Una acción polémica por la posible situación de fuera de juego de Azmoun, autor del tanto, quien remató solo, puesto que Álvaro estaba fuera del campo, sin deshabilitar la posición legal del iraní, al haber abandonado el campo en la jugada. Era gol legal, pese a las protestas de los amarillos. En la Europa League no hay VAR, pero el árbitro no dudó para validar el gol.

SUPERIORIDAD TOTAL // Lo curioso fue que el Villarreal fuera sorprendido en dos acciones puntuales, por errores suyos y a la contra, en una primera parte en la que fue muy superior. Pese a los seis cambios respecto al sábado, el Submarino no se resintió y construyó un equipo sólido, compacto y que siempre quiso el balón y llevar la iniciativa. Mantuvo la defensa de tres, cambió los dos carrileros, dio el mando a un Morlanes creativo y varió tres de los vértices del cuadrado ofensivo con la titularidad de Fornals, Chukwueze y Gerard Moreno. El Villarreal encerró al Zenit y le metió miedo. Fornals y Morlanes dieron dos serios avisos antes del 0-1. El único peligro para los amarillos, que también se ha repetido en demasiadas ocasiones, era desproteger las espaldas, pero su poderío resultaba tan evidente que el riesgo era asumible.

Todo era aparentemente lo mismo, pero diametralmente diferente. El reseteado Submarino ejercía una dictadura absoluta sobre el balón. Su superioridad aún se acentuó más en la segunda parte. Con el balón pegado al pie, y Morlanes ejerciendo las funciones de Cazorla, el Zenit corría detrás de la pelota, como si fuera el niño entrado en kilos que siempre paga en los rondos. La posesión era el mejor garante para no sufrir en defensa.

El reseteado llegó también a Gerard, quien logró ver puerta de nuevo, con un remate muy al estilo del 7, cabeceando a la red un centro de Fornals, también renacido en San Petersburgo. El castellonense jugó con una marcha menos, su fútbol fue más preciso y apuntó peligro cada vez que apuntaba al área rusa.

BANDERA BLANCA // El Zenit parecía un equipo menor y no el líder de Rusia, acorralado y sin espacios para lanzar contras, porque el Villarreal se abrigó mejor y no dejó margen para el error. Y en eso llegó el 1-3. Morlanes, el MVP, conectó un tiro desde la frontal del área que superó a Lunev. No era jaque mate, pero casi.

El movimiento armónico del balón de bota en bota de los jugadores del Villarreal ejercía un efecto somnífero sobre un Zenit grogui. Ya no levantó cabeza. El gigante ruso, el club más poderoso y rico del país, tiró la toalla. El 1-3 deja el camino a los cuartos despejado e iluminado. Una victoria que debe significar una tonelada de moral para LaLiga. Todos los días no se logra una victoria de tanto caché como la obtenida en San Petersburgo. Así, nadie les baja de Primera División. Endavant, Villarreal!

VIERNES

8 DE MARZO DEL 2019

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