El Villarreal CF resucitó ayer a un equipo que languidecía. El conjunto amarillo, que acumulaba seis partidos sin perder con cinco victorias, vio cómo un Real Betis moribundo resurgía de sus cenizas para imponerse por 2-1 en un encuentro marcado por las reiteradas ayudas realizadas por el colegiado, el castellano-manchego Alberola Rojas.

Una derrota en la que parte de culpa debe quedar en el haber de los de la Plana Baixa, que jugaron el primer acto muy adormecidos y siendo imprecisos, pero que vieron cómo el árbitro se ensañaba con ellos, con faltas y tarjetas, mientras que fue totalmente permisivo ante un Betis que terminó impune.

La irregular trayectoria de los locales, que iniciaban el choque como 13º, obligó a Quique Setién a realizar un cambio de sistema. El entrenador verdiblanco hizo una revolución en relación al duelo ante el Celta, pasando a defensa de cinco, haciendo debutar como tercer central a Bartra, tres centrocampistas con el central Amat como pivote y Guardado y Fabián de interiores, y Rubén Castro y Loren en punta.

Un cambio de sistema que no terminó de digerir bien el Submarino en el primer acto. Javi Calleja fue fiel a su 4-1-3-2, con la sorpresa de Bonera en el once por tercera semana consecutiva, quedándose Álvaro en el banquillo.

Muy pronto el centro del campo bético le ganó la partida a los amarillos, con Rodrigo por delante de la defensa, auxiliado por un adormecido Trigueros y el siempre implicado Castillejo, con Fornals de enganche y Bacca y Ünal en punta. Al Villarreal le costaba triangular. El balón quemaba en un Submarino que poco a poco veía como el Betis asomaba, también con su mejor arma, el esférico, al marco de Asenjo.

Pese al dominio local, las aproximaciones verdiblancas no se traducían en acciones de peligro. Por el contrario, los amarillos encontraron petróleo en la derecha de su ataque, con Castillejo probándolo desde fuera del área e incluso Mario y Trigueros.

Pero cuando parecía que el Submarino tenía el partido controlado, en una indecisión de la zaga, Bonera llegó tarde al cruce en un balón dividido ante Rubén Castro… y su dura entrada a destiempo fue castigada con roja directa por el colegiado Alberola Rojas, muy casero en todo el choque. Corría la media hora de juego y dicha expulsión cambió todo el panorama para el Villarreal.

CAMBIO OBLIGADO // Calleja tuvo entonces que mover ficha acto seguido, dando entrada a Álvaro por Enes Ünal, el sacrificado ante la marcha prematura de Bonera a los vestuarios. Comenzaba en ese instante un partido de 60 minutos de once contra diez.

Al Betis, curiosamente, le costó encontrar huecos ante un Submarino que juntó muy bien sus líneas. Pero el colegiado comenzó a desesperar a los de la Plana Baixa con sus decisiones.

Varias faltas a favor no señaladas y un agarrón a Mario cuando rompía en velocidad a la zaga local, que ni pitó infracción, ni mostró amarilla al defensa bético… una acción que volvió locos a Rodrigo y Mario, que montaron en cólera y Alberola Rojas les amonestó injustamente.

Esos momentos de tensión sacaron del partido a un Villarreal que en la recta final del primer acto tuvo una serie de imprecisiones que le condenaron a encajar un gol. Con el tiempo cumplido, en la prolongación, un mal despeje de Mario con la izquierda termina con un balón en Trigueros, al que le roban la cartera con falta no señalada incluida, y desde la frontal del área Loren conecta un derechazo imparable para Asenjo. Un injusto 1-0 con el que se llegaba al descanso.

MISMO GUIÓN // El segundo acto comenzó con el mismo guión de la primera mitad. El Betis con el balón y un juego posicional, y el Submarino intentando remar a la contra… y también contra el colegiado. Mientras a los amarillos le señalaban todo, jugadores como Barragán o Durmisi podían campar a sus anchas con reiteradas faltas que no eran castigadas.

Pese a la inferioridad y al dominio local, los groguets no se amilanaron y buscaron sus ataques, a la contra pero con peligro. En uno de ellos, Carlos Bacca puso el corazón en un puño a la grada verdiblanca. En un palmo de terreno, dentro del área, el colombiano se fabricó una acción que terminó en un remate suyo al palo. Lo tuvo el Submarino.

Y del posible empate se pasó al 2-0, otro mazazo. El inspirado Loren, la sorpresa bética, lanzaba de nuevo desde la frontal del área, un tiro que impactaba en un defensa amarillo para desviar la trayectoria y sorprender a un incrédulo Asenjo. Corría el minuto 64 y parecía todo perdido.

Pero el Submarino nunca baja los brazos. Calleja puso en el rectángulo de juego a Cheryshev por un apagado Trigueros, y el ruso le aportó frescura y velocidad a las contras amarillas en dicho segundo acto. El Villarreal pasó a la acción y se generaron varios momentos de peligro, en especial un remate a bocajarro de Álvaro que lo tuvo todo para acortar distancias en el área pequeña.

GOL PARA LA ESPERANZA // A falta de 12 minutos, Cheryshev rompía a la zaga bética y se introducía en el área, siendo derribado por su par, un reiterativo Barragán. Penalti claro. Al colegiado no le quedó más remedio que señalarlo. A Carlos Bacca no le tembló el pulso, fusilando a Adán por el centro… y 2-1 (min. 79).

Los últimos once minutos de partido no fueron aptos para cardíacos. Las ocasiones se sucedían en una y otra área. Bacca y Cheryshev pudieron empatar y Loren y Sergio León aumentar la ventaja. Incluso en el minuto 89 hubo una sospechosa caída de Mario dentro del área bética a derribo de Durmisi. ¿Penalti? Nunca lo sabremos. Lo más fácil para Alberola Rojas era mirar hacia otro lado, el lado bético, como hizo durante todo el partido.

Una dolorosa derrota para el Villarreal, injusta por lo poco que ofreció el Betis, que jugó con 12, y desesperó a un Submarino que no pudo ni recortar ni ampliar su ventaja en el Villamarín ante sus rivales directos en la lucha por plazas europeas.