El Villarreal escribió ayer una de las páginas más exitosas de su historia. El juvenil groguet levantó en Roquetas de Mar su primera Copa del Rey tras imponerse en la final al vigente campeón, el Atlético de Madrid (0-2).

El combinado que dirige Miguel Ángel Tena cierra así una temporada mayúscula tras adjudicarse el campeonato liguero en el grupo VII y el subcampeonato en la Copa de Campeones, donde solo los penaltis ante el Real Zaragoza apearon a los amarillos de un doblete de leyenda.

Un final de curso inmejorable que se forjó con mucho trabajo táctico y sin ninguna derrota en los últimos 20 partidos oficiales. Los groguets demostraron que tenían muy estudiado al Atlético y no se dejaron sorprender por el fulgurante inicio colchonero. Durante esos primeros 10 minutos fue vital la aparición de Filip Jorgensen, que sacó una mano salvadora a un cabezazo de Ricard que iba directo a la portería.

GALDÓN, LÍDER / La intervención del meta tuvo más importancia cuando, dos minutos después, Galdón conectaba de cabeza un preciso centro de Arana y adelantaba al Villarreal. El gol sirvió de estímulo al Submarino, que reforzó su confianza y siguió con su plan: estar sólido atrás y esperar espacios para salir a la contra.

Por su parte, el combinado rojiblanco trató de dar la vuelta al marcador pero con más corazón que fútbol. Las llegadas apenas se producían a base de centros desde el costado y la defensa amarilla se mostró inexpugnable. Un guión que se mantuvo hasta los últimos minutos del primer acto. Y es que en el minuto 45, un contragolpe de libro del Villarreal acabó con el 0-2 transformado por Galdón desde los once metros. Saldaña detuvo en primera instancia el lanzamiento, pero el 10 del Villarreal recogió el rechace y mandó el balón a la red.

En la reanudación, los pupilos de Tena sabían a lo que se enfrentaban. Estaban a 45 minutos de hacer historia y solo tenían que mantener el resultado. No fue fácil, Filip volvió a hacerse grande con una parada in extremis ante Del Campo y los centrales tuvieron que hacerse fuertes en el juego aéreo, puesto que el Atlético se volcó desde la última media hora y colgó muchos balones a la olla, que fueron bien repelidos.

La sentencia llegó en el minuto 80, cuando Galdón rubricó su actuación estelar anotando el 0-3. El joven mediapunta recibió un pase de Collado y no falló ante el cancerbero madrileño, redondeando el resultado y certificando el primer título de Copa del Rey. Con el pitido final, llegó la fiesta. Los jugadores y cuerpo técnico del Submarino, así como los más de 150 desplazados hasta el municipio almeriense celebraron el que ya es uno de los días históricos para el Villarreal.