Los números de Luis García Plaza son tan malos como las sensaciones que dejó anoche el Villarreal en Mestalla. Lejos de mejorar, este equipo ha ido a menos a velocidad de vértigo, con cuatro empates y dos derrotas en Liga. Pero peor que la estadística fue la terrible sensación de equipo a la deriva, sin fe ni confianza en sus posibilidades. Y como dijo Sergio Asenjo tras la conclusión del encuentro, «harán falta once guerreros» para sacar al partido de la situación en la que está.

El Valencia curó todos sus males y se reconcilió con Mestalla. Marcelino le dio una lección a su homólogo en el banquillo y curó su mal fario con el gol anotando tres dianas que pudieron ser más, además de ofrecer un buen partido ante su afición.

El Villarreal, una vez más, ejerció de equipo aspirina. Un 3-0 contundente y que duele, firmando una de las peores caras del Submarino en un derbi autonómico.

Mal en defensa, inofensivo en ataque y con una crisis de identidad terrible, con una amnesia de jugar al fútbol absoluta. ¿Cómo se soluciona esto? Los jugadores tienen la palabra porque la falta de carácter y el acomodamiento que transmite el Villarreal le puede llevar a Segunda si no se soluciona con un giro de timón enérgico.

LAS RESPONSABILIDADES / Luis García no ha sido la solución y ahora el foco apunta al terreno de juego, a los futbolistas. Quedan 17 jornadas para reaccionar.

Anoche, en Mestalla, se tocó fondo. Derrota humillante y dolorosa... sin paliativos ni peros.

Luis García Plaza sigue buscando ese equilibrio entre defensa y ataque que no llega. Anoche dio descanso a Gerard Moreno en el once titular y colocó a Toko-Ekambi como referente en la delantera, con Pedraza como extremo. El resto era el equipo previsible del técnico madrileño. Pero el Villarreal continuó jugando a lo mismo, es decir, a muy poco. Un poco más de estabilidad defensiva, aunque con algunos titubeos y muestras de debilidad, sobre todo en la bandas, y con un Víctor Ruiz demasiado vulnerable tanto en velocidad como por sus errores de colocación.

Pero el gran problema continúa siendo la falta de fe y de ese gen competitivo totalmente desaparecido. El Villarreal no muerde a los rivales y es muy poco contundente en las áreas.

se salva ‘el mago’ / Solo cuando Santi Cazorla coge el balón parece tener un estilo y una idea definida porque el Mago sigue interpretando el fútbol como muy pocos saben hacerlo. Pero con eso solo no le llega al Villarreal, que en la primera parte redujo su peligro sobre el área del Valencia a un tiro de Fornals, un tanto esquinado pero que desbarató Neto sin demasiados problemas.

Y a Luis García se le desmontó el muro a solo tres minutos del comienzo del partido. Esta vez el VAR se decantó del lado del rival amarillo, todo lo contrario que hace una semana ante el Athletic. La delgada distancia que delimita el fuera de juego trazó su línea roja a favor del conjunto che y un remate con revisión del vídeo arbitraje de Diakhaby puso en evidencia la vulnerabilidad de la zaga amarilla superada en el juego aéreo por el central francés en un remate de cabeza. Tres minutos y el Villarreal comenzaba a remolque el partido.

Una tonelada más de cafeína en vena para un grupo de jugadores atenazados por los nervios y necesitados de estímulos positivos.

El Valencia salió con dos puntos más de intensidad que el Villarreal y con un fútbol más vertical que explotó las bandas y puso en serios aprietos a los dos laterales del conjunto amarillo. Mario no pudo frenar a su excompañero Cheryshev y Jaume Costa tampoco estuvo a su nivel habitual.

Sergio Asenjo, uno de los pocos que mantiene vivo a este moribundo equipo de Luis García, evitó el segundo gol local en un tiro envenenado del internacional ruso, con una espectacular parada del guardameta palentino.

lanzamiento al poste / El Valencia ofrecía sus mejores momentos de la temporada ante un Villarreal que se ha convertido en el equipo aspirina que cura los males de todos sus rivales. Al filo del descanso, el poste salvó un disparo que salió de las botas de Parejo con aroma de gol.

Lo mejor para el Villarreal al descanso era el exiguo 1-0, que le mantenía vivo a la espera de una inyección de ambición, carácter y genio que rescatara a un equipo totalmente roto. Y todo fue a peor. El Valencia le pudo hacer un roto de grandes dimensiones al equipo amarillo en Mestalla.

El poste se alió otra vez del costado groguet en un taconazo de Santi Mina, después de una cesión errónea de Vicente Iborra, también contagiado del nerviosismo y estado de ansiedad que amordaza el talento de unos futbolistas que no se hallan ni al 30% de sus posibilidades.

Y a renglón seguido llegaría el segundo gol del Valencia. Cheryshev fue el encargado de matar a su equipo, el que tiene sus derechos federativos y al que pertenece. El futbolista ruso encaró a Asenjo y le fusiló literalmente.

El Submarino presentaba agujeros terribles y apenas se mantenía a flote, en medio del aguacero que se le venía encima. El Valencia estaba pasando por encima del Villarreal. Incluso Coquelin pudo marcar el tercero, que habría llegado seguramente si en la portería no hubiera estado anoche Sergio Asenjo.

cambios sin resultado / Luis García movió las piezas a la desesperada y tuneó totalmente el sistema de juego. Sacó a los dos delanteros que tenía en el banquillo y al joven Samu Chukweza. Tocó a arrebato y el Villarreal se partió en dos. El Valencia marcó el tercero en un nuevo desajuste de la defensa amarilla, con un remate placentero de Rodrigo Moreno que ni San Asenjo pudo evitar.

Por suerte, el conjunto de Marcelino levantó el pie del acelerador ya pensando en la Copa y dejó jugar un poco con el balón al Villarreal. Pero los amarillos ya no saben qué hacer con él. Su amnesia de fútbol es grave. Peor no se puede jugar al fútbol.

DOMINGO

27 DE ENERO DEL 2019

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