Los pequeños detalles nunca son pequeños, porque en ellos estriba la grandeza de la diferencia entre lo bueno y lo mediocre. El Villarreal no podía traerse en un camión hacia Austria el verde tapiz del estadio de la Cerámica, porque es materialmente imposible. El campo anexo al hotel Panorama Royal donde entrena el Villarreal se veía tan verde por fuera como irregular por dentro. Se podría decir que para un equipo de categorías regionales de Austria sería una tupida alfombra, pero para un club profesional no pasaba de un discreto terreno de juego.

El Villarreal detectó el problema en una de las visitas para inspeccionar las instalaciones que efectuó el director general del club, Federico Alcácer, junto al responsable de todos los campos de fútbol del Submarino, Vicente Alpuente. El complejo hotelero, el emplazamiento y todo lo que rodeaba al lugar donde iba a permanecer alojado el equipo cumplía con todos los requisitos, pero se debía mejorar el estado del terreno de juego. ¿Que se podía hacer? Pues la solución fue desplazar a Sebastián, uno de los hombres que mantienen los campos de fútbol de la Ciudad Deportiva del Villarreal y el Estadio de la Cerámica en magnifico estado. Y hasta el Tirol se desplazó el jardinero natural de Uruguay 15 días antes de que la expedición amarilla se desplazara hasta Bad Häring para trabajar durante 12 horas diarias en convertir el campo donde iban a trabajar los amarillos en un césped de Primera División. Incluso, velar para que ningún equipo tuviera la tentación de ponerse a entrenar en él. No en vano, el hotel y sus instalaciones han dado cobijo hasta cuatro equipos de fútbol diferentes de Bulgaria, Alemania e Inglaterra, uno de ellos el Watford.

Los jugadores del Villarreal se sintieron como en casa, incluso por la fuerte ola de calor que ha convertido a Europa en una réplica de las temperaturas de África durante estos días. Sebastián obró el milagro de transportar el terreno de juego de La Cerámica hasta Austria sin ruedas, solo con trabajo y más trabajo. "¿Cuánto tiempo nos durará el césped así?", le preguntó un jugador amateur del club local, totalmente alucinado por la milagrosa transformación obrada por Sebastián. El jardinero uruguayo le miró incrédulo y sonrío. La respuesta era obvia dependía solo del mimo y cariño que le diesen. Pequeños pero grandes detalles.