Un histórico del fútbol provincial con larga trayectoria en Tercera División e incluso presencia en Segunda B se ve abocado a Segunda Regional.

Los vinarocenses atraviesan una larga enfermedad que les ha llevado al abismo más absoluto, tras dos descensos consecutivos en los que el equipo no ha tenido ninguna opción de salvarse, sale a competir esta temporada en la categoría más humilde.

Eso sí, lo hace con ilusión por salir al primer intento de una categoría que mancha su nombre e historia. Para los rivales será un aliciente medirse a ellos pero para los langostineros será un calvario que esperan que solo dure diez meses. Santi Forner regresa al club para llevarlo a donde se merece.