Ascenso. Esa es la palabra que se barrunta en Vinaròs cuando se habla del equipo de fútbol. Los vinarocenses siguen en el infierno desde que en 2016 dieran con sus huesos en Primera Regional, además de forma muy abrupta, completando una pobre campaña en la élite del fútbol provincial, desde entonces el club ha vivido como ha buenamente ha podido, incluso tuvo que competir en Segunda Regional un curso.

En la actualidad la entidad langostinera inicia un proyecto de expansión, tanto a nivel social, como económico y deportivo. En el club blanquiazul se mantiene el bloque del curso pasado, con la totalidad de la plantilla integrada por futbolistas de la casa, algo que es francamente positivo en dos vertientes, la deportiva, ya que los jugadores sienten el equipo como suyo, y la social, faceta que propicia que acuda más gente al estadio en los días de partido.

Sin embargo, el plantel está este año más compensado que en cursos precedentes, algo que potencia el nivel del bloque en un curso en el que se pretende que los del Baix Maestrar pugnen por el regreso a Regional Preferente tras cuatro ejercicios de ausencia. La pasada camapañ el los vinarocenses sufrieorn demasiado fuera de casa, algo que en principio se espera que en el presente curso sean cosas que queden definitivamente en el olvido.

El dueño del banquillo volverá a ser el experimentado Santi Forner, que contará con jugadores de potencial y calidad contrastada, casi todos ellos en categorías superiores, un ejemplo de ello son los defensas Wifredo, Jordi Adell, reciente fichaje del Benicarló, y Fernando Lores; los centrocampistas Ernesto, Javi Esteller o los hermanos Espinosa, Hugo y Sergio.

A estos baluartes hay que añadir los refuerzos de Christian Gil, Fone y Ferran, que llegan desde el desaparecido Sant Jordi y Traiguera. Por otro lado, el próximo año 2020 el club vinarocense celebra el centenario, una efeméride que en la capital del Baix Maestrat esperan celebrar con el regreso a Preferente bajo el brazo. H