Un Óscar Cano más reividicativo que de costumbre enarboló los 24 puntos sumados al frente del Castellón, justo cuando ha cumplido una vuelta entera en el banquillo. No obstante, también admitió que no ha cumplido con el objetivo de haber salvado al equipo y rompió una lanza por su plantilla al afirmar que siente y padece el mismo dolor de cualquier aficionado orellut por ver a su equipo aún en una situación de riesgo de descenso.

«El otro día, con perdón de la palabra, la cagamos, porque, sin hacer un buen partido, teníamos un punto en el minuto 90, pero, bueno, ese partido ya ha pasado. Sí que veo el ánimo intacto, [los jugadores] se han recuperado rápidamente y veo al equipo con las pilas puestas, con la ilusión de sacar esto adelante», introdujo.

Después, un soliloquio de varios minutos para pasar revista de esa vuelta que cumple, tras debutar con prisas en Peralada. «Las estadísticas dicen que cogimos un equipo que llevaba una victoria en 16 partidos. Ningún equipo, con 13 puntos en casi toda una vuelta, puede optar al ascenso, son contadísimos los casos en los que eso sucede y tiene más que ver con un milagro», analizó. «Asumimos la dirección con una realidad incontestable: nos hacían falta números casi de play-off para mantener la categoría, 30 o 31 puntos», incidió. «A partir de ahí, se dan una serie de resultados lógicos para un equipo de abajo, con altibajos: hemos estado en una montaña rusa», reseñó. «Nos hemos enfrentado a los seis o siete primeros... y solo nos ha ganado el que nos ha visitado, el Hércules, con un desembolso millonario en el mercado de invierno. Es un dato positivo, lo diga quien lo diga», recalcó. «Pero me escapo de todo eso, igual que de las críticas que dicen que el equipo, en muchos partidos, ha podido hacer más, asumo mi responsabilidad», ponderó.

No obstante, dejó una afirmación para el recuerdo: «Vinimos a un equipo hundido y somos el décimo mejor desde que estamos aquí, lo que me indica que podíamos tener la permanencia de haber llegado los primeros, aunque eso tampoco es así: podríamos haber tenido peores resultados... o mejores, aunque nunca se sabrá porque no estábamos». «Veinticuatro puntos en una vuelta son más que suficientes como para mantener la categoría, pero necesitamos seis y hay nueve en juego. Como asumí el reto con los riesgos que conllevaba, no necesito estadísticas que protejan mi estancia en el Castellón, porque, de momento, Óscar Cano no ha cumplido, esa es la realidad», subrayó. «Como lo sigo creyendo posible, necesito gente que crea que lo vamos a conseguir. Que nadie dude que yo, junto a mi cuerpo técnico y los chavales de ahí dentro, tenemos el mismo dolor que toda la gente que está manifestando su descontento: también me siento mal por ver al equipo abajo, por no haberlo sacado todavía, pero me siento con fuerza, ánimo, capacidad y esperanza», comparó.

El técnico granadino matizó que «es cierto que el equipo se construyó con la máxima --porque aunque yo no estaba, me lo habéis ido diciendo-- de estar en los puestos de arriba». «Deberíamos estar luchando por otras cotas; porque aunque para mí eso era ser demasiado exigente para el primer año en que aterrizas, por la dificultad de hacer una plantilla rápidamente y acertar en la mayoría de los elementos, sí podríamos estar tranquilos, en mitad de la clasificación», dijo.

EL BLINDAJE DEL VESTUARIO // Cano ahondó en las críticas: «Solo me preocupa que no lleguen a los de ahí dentro, que son los que tienen que pasarse la pelota y evitar que lo hagan los rivales». «Tengo plena confianza en ellos, porque cuando todo el mundo pensaba que habíamos caído, ellos se han levantado», elogió. «Aquí estamos y aquí vamos a seguir luchando por el bien del Castellón, porque, que a nadie se le olvide, nosotros no somos ajenos al club y también nos jodería bastante un descenso», manifestó el andaluz.