El Joventut Almassora busca el ascenso a Reto Iberdrola después de que la reestructuración implantada en el fútbol femenino le relegara a una Segunda División que a día de hoy es la tercera categoría del sistema de ligas. De momento las cosas van bien a las albinegras, que actualmente encabezan la tabla clasificatoria dentro del Grupo VII. Sin embargo, el Joventut no solo tiene un equipo femenino sino que también posee filial desde el 2014.

El segundo equipo de la entidad representa un vivero en el que se forman las futbolistas más jóvenes, pero también hace la función de trampolín al primer equipo. El conjunto almazorense puso en liza su filial en el curso 2014/15 y, tras una temporada de transición, el Joventut B logró el ascenso a Primera Regional una campaña después, en la 2015/16. Desde entonces, no ha faltado a su cita con esta categoría en los últimos cuatro ejercicios.

En proyección

El debut en Primera Regional se saldó con un meritorio octavo puesto y las jóvenes perlas del club dieron buena muestra de que podían pelear con cualquier contrincante. Una campaña después, las albinegras finalizaron séptimas en la tabla y dejaron patente su potencial ofensivo con la friolera de 76 goles en un total de 26 encuentros jugados.

La pasada campaña el Joventut B realizó el mejor curso de su historia al alcanzar la séptima posición de nuevo, pero en esta ocasión consiguió sumar más puntos que nunca, concretamente 45, además de superar la barrera de los 80 goles, gracias a la aportación especial de Andrea Albiol y Lucía Cálper, que entre las dos materializaron 44 dianas.

Consolidadas en 1ª Regional

Este año, en su cuarta campaña en Primera Regional, los resultados deportivos del filial almazorense están un poco por debajo de los cosechados el curso anterior. Las albinegras son octavas, instaladas en la zona tranquila de la clasificación, con 20 puntos tras la disputa de 16 jornadas, fruto de sus seis victorias, dos empates y ocho derrotas.

Sin embargo, no hay que olvidar que el principal leitmotiv del Joventut B, como de cualquier filial que se precie, radica en el apartado formativo, en la preparación y puesta a punto para tener la opción de promocionar al primer equipo algún día. El salto de Primera Regional a Segunda División es un poco pronunciado, pero ya son unas cuantas las futbolistas del segundo equipo que cuentan o han contado con minutos con las mayores.