Los Golden State Warriors avanzan imparables en las finales de la NBA. Si en el primer encuentro contra los Cavaliers de Cleveland fue el trabajo de toda la segunda unidad el que apuntaló la victoria cuando se desdibujaban sus dos grandes estrellas, Stephen Curry y Klay Thompson, este domingo en el segundo partido se han dado un paseo, culminado con un contundente 110-77 y liderado por un Draymond Green en estado de gracia. Con esta victoria los Warrios lideran por 2-0 la lucha por el anillo de oro.

Todo lo ha hecho bien el jugador defensivo del año en la temporada regular. Con 11 canastas en sus 20 tiros de campo y cinco de sus ocho intentos de triples entrando por el aro, Green ha sumado28 puntos. También ha capturado siete rebotes y ha dado cinco asistencias. Y aunque Curry y Klay han tenido una actuación mejor que en el primer partido, sumando respectivamente 18 y 17 puntos, ha sido Green quien ha brillado, transformado en la "válvula de escape", en palabras el entrenador Steven Kerr, ante la presión que los Cavs ponían en los "Splash brothers".

Los recursos aparentemente inagotables de los Warriors son malas noticias para el equipo de Cleveland, que pone camino al tercer partido el miércoles en casa con más presión todavía. Ningún equipo en la historia de la NBA ha remontado un déficit de 3-0 en las finales y nada visto en la cancha del Oracle este domingo hace apostar porque los de LeBron James vayan a romper el año histórico de los Warriors, campeones el año pasado y que con la victoria este domingo han igualado otro récord: el de 87 victorias entre temporada regular y play offs de los Bulls de Michael Jordan en 1996. Los 45 años sin título de los Cavs bien pueden convertirse en 46.

LeBron no ha tenido su noche. Ha sumado 19 puntos, dado nueve asistencias y capturado ocho rebotes, pero también ha sido responsable de siete de las 18 pérdidas de balón que los Warriors han convertido en 26 puntos. Sabe que tiene que ser "más sólido" pero se siente "incapaz de decir qué funciona y que podría funcionar. Obviamente no mucho está funcionando, especialmente en ataque", ha lamentado.

Y eso que los Cavs han salido con ganas. Pero su estrategia de imponer un ritmo endiablado se fue desdibujando, igual que Kyrie Irving, que solo anotó 10 puntos y dio una única asistencia. Y aunque la acumulación de faltas de Curry le sentó en el banquillo al inicio del tercer cuarto, la magia de Green fue más que un rescate. Las ventajas de los Warriors iban creciendo y cuando Curry volvió para el último cuarto, esas distancias, de hasta 34 puntos, se confirmaron insuperables.

Los Cavs tienen además en duda poder contar en el tercer encuentro con Kevin Love, que sufrió un codazo de Harrison Barnes y abandonó la cancha con cinco puntos, tres rebotes y unaposible concusión.