"Tenemos un plan y hay que ceñirse a él". Estas palabras de Lebron James en la previa del primer partido de la final de la NBA sonaron a amenaza para el actual campeón, Golden State, de cara a revalidar el título. Visto lo visto esta madrugada en Oakland, el plan funcionó si este consistía en frenar a las dos estrellas locales, líderes de este equipo. Pero la derrota final por104-89 evidenció que los de Steve Kerr son mucho más que dos simples jugadores. El plan resultó incompleto.

"No ganas campeonatos sin la aparición de todo el equipo", declaróStephen Curry al terminar el choque. "Por eso estamos aquí". Entre Curry y Klay Thompson sumaron apenas 20 puntos, 4 triples y 8 de 27 en tiros, algo nunca antes visto en las dos últimas temporadas. Gran labor de desgaste de los Cavaliers que sin embargo no contaron con la aparición de la segunda unidad. Aquella sin la que los californianos jamás hubieran logrado el anillo del 2015. Aquella sin la que esta temporada jamás hubieran superado el mejor balance en liga regular. Aquella tan criticada y que nadie esperaba que fuera a salvar a los suyos cuando peor pintaban las cosas.

DOMINIO INTERIOR

Y es que tras adelantarse Cleveland 67-68 en la recta final del tercer periodo, una canasta del base Shaun Livingston, que acabó con 20 puntos y un 8 de 10 en tiros, desencadenó un parcial demoledor de 29-8 que rompió el partido en apenas seis minutos. "Nos apoyamos los unos a los otros. Creemos en los demás y simplemente luchamos", declaró el base reserva, protagonista junto a un inconmensurable Andre Iguodala, MVP de las pasadas finales, que aportó 12 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias y una defensa intensísima sobre James.

El banquillo de los Warriors, 45 puntos frente a los 10 de su rival, y el dominio en el poste bajo, en especial de Green, con 16 puntos y 11 rebotes, marcaron la diferencia ante unos Cavs que recurrieron en exceso a la figura de James (23 puntos, 12 rebotes, 9 asistencias) y en los que solo Kyrie Irving respondió, con 26 puntos, en los momentos decisivos del partido.

El banquillo visitante no estuvo a la altura del envite, algo que tendrán que mejorar si no quieren viajar a casa con un 2-0 en contra muy difícil de voltear. "Tenemos que volver a la pizarra y tratar de averiguar cómo podemos sacar del partido a estos jugadores de banquillo", dijo el técnico Tyronn Lue. Se avecina cambio de plan.