El entrenador del Arsenal, Arsène Wenger, ha sido acusado este lunes por la Federación Inglesa de Fútbol (FA) de haber empujado e insultado al cuarto árbitro del partido de la Premier League disputado el domingo entre su equipo y el Burnley (2-1).

El comunicado de la FA recoge que en el minuto 92 Wenger utilizó "lenguaje violento y / o insultante" contra el auxiliar. También asegura que, tras ser expulsado, se empeñó en quedarse en el túnel y mantuvo un "contacto físico" con el cuarto árbitro, lo que constituye "una conducta inapropiada".

El técnico francés fue expulsado por el árbitro del partido, Jon Moss, por sus protestas contra un penalti a favor del Burnley en el tiempo adicional. Wenger, de 67 años, quiso ver los últimos instantes del encuentro en el túnel de Emirates Stadium, y la televisión lo cazó empujando al cuarto árbitro, Anthony Taylor, mientras le pedía que se fuera de ese lugar.

EL PRECEDENTE DE PARDEW

En la conferencia de prensa posterior al partido, Wenger se apresuró a disculpares y afirmó que se arrepiente "de todo". "Me tendría que haber callado, y pido perdón por no haberlo hecho. No fue con mala intención. Debería haber mantenido el control, incluso si todo esto ocurrió en un momento muy loco", dijo Wenger tras el encuentro.

"No fue nada malo. Dije algo que se suele decir a diario en el fútbol. Nueve de cada diez veces no te expulsan por decir eso. La verdad es que estuve calmado durante todo el encuentro, más de que de costumbre, pero debería haberme callado en ese momento", reconoció el técnico francés.

En el 2012, el entonces entrenador del Newcastle, Alan Pardew, fue sancionado con 20.000 libras (23.100 euros) de multa y dos partidos de suspensión por empujar al árbitro asistente Peter Kirkup durante un duelo ante el Tottenham.