Al final, volvió a caer el Barça. Cuando Williams se disfrazó de Aduriz, ya en el tiempo añadido, para eliminar al equipo de Setién, San Mamés descubrió que la historia se repetía. En esta ocasión, con un centro lateral de Ibai, peinado por el delantero vasco, quien se adelantó a Busquets para batir a Ter Stegen y retratar la impotencia azulgrana. Tuvo el partido en su mano el Barça, con dos ocasiones claras, pero sin puntería ni acierto. Y se queda sin Copa como hace tres semanas se quedó sin Supercopa, aumentando la magnitud de la crisis. Cuando las cosas van mal, siempre puede ir peor.

Tiene pinta además de que el drama definitivo todavía no ha llegado para el Barcelona, quien no aprendió en la Copa del Rey la lección que le dejó el Athletic en la Liga. No hay manera de que los azulgrana sepan salir vivos de San Mamés. Cuando no es un saque de banda, como ocurrió en agosto, es un centro lateral, como ahora en febrero. Pero el golpe es tremendo porque, además, Setién pierde a Piqué por lesión y se queda con solo dos centrales, ambos zurdos (Lenglet y Umtiti), prueba de que todo va de mal en peor en el Barcelona.

En los instantes finales, el equipo azulgrana reclamaba sin éxito un penalti a De Jong, Griezmann falló una ocasión clarísima, algo impropio de un delantero de su nivel y para delirio de La Catedral Iñaki Williams selló el epitafio copero para el Barça.