Estoy súper feliz». Lo repitió hasta en tres ocasiones en el primer día de su nueva etapa en el Villarreal. Adrián López ha vuelto a realizar el mismo viaje que emprendió hace año y medio, cruzando la Península Ibérica de oeste a este para cambiar Oporto por Vila-real, «el lugar donde quería estar desde el pasado verano». Desde que el club portugués decidiera abrirle por segunda vez la puerta de salida —incluso fue relegado al equipo B—, el jugador asturiano tenía claro que solo había un destino posible. «Les dije a mis agentes que intentaran que este fuera el sitio», asegura.

El viaje de regreso pudo darse hace cinco meses, pero entonces el Oporto no creyó oportuno deshacerse de un delantero que apenas ha podido llegar a una veintena de partidos oficiales con los Dragones. «No pudimos llegar a un acuerdo», reconoce Roig Negueroles, que ayer acompañó a Adrián en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva. Para el consejero delegado, que el asturiano de 29 años pueda prolongar su estancia en el club más allá del 30 de junio dependerá de si «el rendimiento es bueno».

En principio, Adrián espera que este nuevo inicio sea mejor que el de su primera campaña en el Submarino, cuando una lesión en el recto anterior que arrastraba antes de su llegada le obligó a pasar por el quirófano. «La primera temporada se me hizo muy corta. Solo pude jugar tres meses, pero fueron tres meses muy importantes, con la plaza de Champions y unas semifinales de Europa League dando la cara ante un gran equipo», el Liverpool.

Esa primera toma de contacto le asegurará ahora a Adrián una adaptación rápida a un Villarreal en el que ya no está Marcelino, pero que para el nuevo delantero no ha sufrido una excesiva metamorfosis. «La base sigue siendo la misma. He visto sus partidos desde Oporto y se pueden apreciar algunos cambios, pero el equipo sigue teniendo su filosofía, que es lo más importante», explica.

LISTO PARA EL ESTRENO / Si amoldarse a las exigencias tácticas del equipo será fácil, físicamente Adrián también llega preparado para aportar su granito de arena de manera inmediata. Ayer completó su primera sesión a las órdenes de Fran Escribá al mismo ritmo que el resto de sus nuevos compañeros. «Si el míster quiere, yo ya estoy disponible para jugar el sábado», ante el Granada, la primera prueba de fuego para la reacción del equipo amarillo, sobre todo en el plano ofensivo, con la recuperación del gol.

«La gente de arriba tenemos la responsabilidad de hacer cuantos más goles mejor, dar asistencias...», apunta el delantero, para quien la negativa racha goleadora por la que atraviesa el Submarino es algo pasajero: «Hay mucho nivel y jugadores con capacidad de hacer goles. Seguro que al final entrarán si el trabajo sigue siendo bueno».