Yerry Mina desprende alegría y buen rollo allá donde va. En la selección colombiana es uno de los reyes de la fiesta, el chico de los bailes y la sonrisa imborrable. Sin embargo, en su llegada a Barcelona su ánimo se apagó. Por suerte, contó con el apoyo de sus compañeros en todo momento; pues el central colombiano se adaptó con rapidez al vestuario azulgrana. Su táctica, una apuesta con Leo Messi y Luis Súarez.

"Cuando llegué, para generar buen ambiente, empecé a apostar con Messi y Suárez para ver quién pateaba mejor los tiros libres en el entrenamiento. Yo era por verlos. Cuando me di cuenta, todos los días me estaban quitando 50 euros. Y yo: '¡Cómo, les estoy dando para el mercado a estos tíos!' Pero la verdad es que esos monstruos la ponen donde quieren. Son estupendas personas y unos magos", ha explicado el oriundo de Guachené en una entrevista con la revista Bocas.

En el mismo diálogo, Mina ha confesado que aunque congenió muy bien con sus compañeros, fue difícil adaptarse a nivel de estos y que en un principio creyó que se había equivocado al aterrizar en la Ciudad Condal. "Sentí por momentos que todo se me venía abajo, que nada me salía, ni dar un pase en el entrenamiento", ha confesado. "Tan mal me veía que Paulinho y Coutinho me alentaban en todo el tiempo y me decían: 'Tranquilo, que todo va a estar bien'. Yo entiendo que hay jugadores espectaculares, pero bueno, yo también quería tener un minuto. Pero no se dio".

Nueva oportunidad

La falta de minutos desvaneció al Yerry Mina que conocían en Colombia. Pero, para su suerte y la de su selección, el Mundial resultó ser la mejor terapia para el central, que se convirtió en héroe nacional con muy buenas actuaciones en Rusia. Destacó por su faceta goleadora, pero también por su buena presencia en eje de la zaga cafetera. Y se abrió camino para un futuro con más oportunidades.

Con el debate de su porvenir abierto, Valverde no dudó en apostar por él. Hace dos días en rueda de prensa aseguraba que el equipo aguarda a la llegada de Mina."Es un jugador al que esperamos, que llegará en poco tiempo y esperamos lo mejor de él", aseguró. Mientras el técnico le espera y los dirigentes deciden su futuro, él resta tranquilo. "No tengo ni idea de dónde estaré la próxima temporada, pero estoy tranquilo. Yo tengo 23 años y todavía falta mucho por jugar".

Todo por el fúbtol

En la entrevista, el central cafetero también ha revelado otras curiosidades sobre su vida. Como que al calzar un 46 de pie tiene que pedir unos botines especiales a Adidas, que su nombre no proviene de la famosa caricatura Tom & Yerry sino de un cantante de Medellín o que de pequeño arriesgaba su vida para divertirse con el balón.

"Cada vez que iba a Cali (a probarse con el América de Cali), salía a la carretera, me escondía un poco por ahí, y cuando pasaban las volquetas (un tipo de camión), me colgaba atrás sin que me vieran. De verdad que arriesgaba mi vida, porque para bajarse de una volqueta andando, hay que saltar como sea. Y así de vuelta. Y si no, caminaba mucho para tratar de ahorrar. De vuelta llegaba tarde a la casa, a las once o doce de la noche", ha confesado. Ahora, el esfuerzo realizado le está recompensado.