Ni con el doblete histórico bajo el brazo después de levantar en Cardiff su segunda Champions League consecutiva, la duodécima, se decidió Zinedine Zidane a dar por sentada de una vez su continuidad en el banquillo del Madrid la próxima temporada, como está estipulado en un contrato que será ampliado además hasta junio del 2020. «Creo que voy a seguir el próximo año», se limitó a decir pese a saber que el presidente, Florentino Pérez, dijo el pasado sábado que «se puede quedar en el Madrid toda la vida».

«Zidane tiene contrato en vigor, seguirá seguro. Lo hubiera hecho habiendo ganado o no. Ha logrado una Liga, una Supercopa de Europa, dos Champions y un Mundial de Clubs. En 17 meses ha logrado todo esto. La planificación de nuestro entrenador ha sido perfecta», había dicho también el dirigente blanco y ni así se atrevía a sacar pecho el técnico francés, aunque a la postre se refirió a que su trabajo y el de los jugadores tendrá que ser más duro todavía si la temporada que viene quieren repetir alguno de los grandes títulos conquistados esta campaña. Llegó como apagafuegos de emergencia tras el despido de Rafa Benítez y se ha convertido en un entrenador de leyenda para el Madrid.

RESPALDADO / Pérez dio a Zidane el respaldo definitivo antes de que el conjunto madridista conquistara en Málaga la Liga, el objetivo prioritario del curso. Además, jugadores como Ramos salieron a la palestra a defender siempre a un entrenador que seha ganado el cariño de un vestuario tan complicado como el del Madrid, plagado de estrellas.

En el balance final aparece la gestión de los recursos con que ha contado como el factor más relevante para llegar a la fase decisiva con los futbolistas en el mejor momento posible. Todos se han sentido importantes y Ronaldo más que nadie después de haber comulgado con la política de rotaciones del entrenador.

El portugués no pudo menos que rendir tributo público a su entrenador sobre el mismo césped tras la final y tras él lo hicieron cuantos fueron preguntados al respecto. Menos el colombiano James, que no se tomó nada bien quedarse en la grada.

CAPACIDAD TÁCTICA / Y para quien aún ponía en tela de juicio la capacidad táctica de Zidane, ahí quedó el segundo tiempo en Cardiff. El Madrid dio un paso adelante con los ajustes realizados, presionó mejor, se adueñó del balón, encontró mayor profundidad por las bandas y la conexión Isco-Modric-Kroos acabó por desarmar a la Juventus.

DE CELEBRACIONES / Todo eso celebró la afición madridista en la Cibeles de madrugada y lo volvió a hacer, ya con el equipo, ayer por la tarde tras las visitas a la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital de España, antes de la fiesta final en el Santiago Bernabéu. Y Zidane siguió recibiendo todo el reconocimiento que merece. «Tenemos el mejor equipo y el mejor entrenador del mundo, uno de los grandes mitos del madridismo que ha demostrado con humildad su inteligencia y categoría», señaló Florentino Pérez, el presidente del conjunto merengue.

Además, el capitán, Sergio Ramos, recordó a los miles de seguidores del Real Madrid que se desplazaron a La Cibeles y otros puntos de celebración que «prometimos volver y aquí estamos. Hemos hecho historia con un doblete que tiene sabor especial».

Y el gran protagonista del título, el técnico, el tímido Zinedine Zidane, que se hizo el remolón para hablar, por vergüenza, finalmente habló, destacando: «Daros las gracias a todos vosotros. Habéis hecho un año espectacular y habéis creído en nosotros siempre. Gracias a todos».

En el colofón de fiesta, con un Santiago Bernabéu hasta la bandera, el showman Miki Nadal fue el maestro de ceremonias al ritmo de la canción de Luis Fonsi Despacito. Las luces se apagaron y solo el resplandor de los teléfonos móviles y las imágenes de las pantallas del escenario propiciaban algo de iluminación a la situación. Uno a uno fueron saliendo los futbolistas y el cuerpo técnico, hasta que entró el capitán, Sergio Ramos con la orejuda, la Duodécima, la leyenda.