La Diputación de Castellón recupera y reivindica el patrimonio y arte castellonense con un completo recorrido a través de 52 atractivas piezas del rico patrimonio sacro de la provincia en su IV La llum de la memòria, que llega a la ciudad de Castelló tras consolidarse como hito turístico en los municipios del interior.

Este recorrido está diferenciado en sus dos sedes, con 20 piezas en la iglesia de San Vicente Ferrer y 32 la sala San Miguel, dos lugares que marcarán un antes y un después en este hito turístico que ha creado la Diputación a través de la recuperación del patrimonio histórico de los pueblos y ciudades de la provincia.

Esta nueva edición de La llum de la memòria vuelve a contar con un amplio grupo de obras de gran calidad, con la característica común de haber sido intervenidas y recuperadas por el Servicio de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Diputación. La exposición, que se inauguró el pasado lunes, permanecerá hasta el próximo mes de julio. El horario de apertura en sendas sedes será de lunes a sábado de 11.30 a 13.30 horas y de 17.30 a 20.30 horas, respetando siempre los horarios de misas y actos religiosos.

Como en sus ediciones anteriores, la exposición, que es la primera vez que se lleva a cabo en Castelló, propone un espectacular recorrido por el arte sacro de los municipios de la provincia, haciendo especial hincapié en la comarca donde se realiza, en este caso en la Plana y sus municipios, así como piezas de extraordinaria riqueza que se incluyen de otras zonas de la provincia y que completan el discurso de una exposición de primer orden.

Importancia monumental

En esta nueva edición de La llum de la memòria todo vuelve a sumar significado y atractivo al recorrido del que ya pueden disfrutar los visitantes. También sus dos sedes, que como suele ser habitual, se trata de edificios de importancia monumental.

Por un lado, la antigua iglesia de San Miguel de finales del siglo XVII, hoy sala de exposiciones San Miguel de la Fundació Caixa Castelló, que contará con la exposición de un total de 32 obras.

Hay que destacar que entre las obras se encuentra el retablo de la iglesia de la Sangre de Vilafamés, atribuible al escultor de Vila-real Josep Sebastià, de 1696, el frontal de la iglesia del convento de dominicas de Vila-real, de la misma época, la tabla del Salvador, de Vicente Castelló, tres placas del siglo XVIII de la Real Fábrica de l’Alcora o el Cristo de marfil del convento de San Pascual, del taller Gughelmo della Porta.

Por otro lado, la iglesia de San Vicente Ferrer, precioso templo del siglo XVII, acoge en esta exposición una muestra de 20 obras de primer orden sobre la figura de San Vicente Ferrer, realizada en colaboración con el Obispado de Segorbe-Castellón.

De entre las piezas expuestas destacan las dos tablas que representan escenas de su vida, de escuela flamenca del siglo XV, procedentes de un convento dominico de Besaya (Cantabria), así como otras dos con el mismo tema, obra de Francisco Ribalta. El retablo de Vicent Macip, del Museo Diocesano de Segorbe, es otra de las piezas más espectaculares de la exposición.