A punto de comenzar la primavera, una buena idea para estar en contacto con la naturaleza y conocer el rico patrimonio de la provincia de Castellón es recorrer el sendero señalizado Mirador Templario, que en sus más de 26 kilómetros une los castillos medievales y templarios de Peñíscola, Santa Magdalena de Pulpis y Alcalà de Xivert. Se trata de un sendero que discurre en un 90% de su recorrido por el parque natural de la Serra d’Irta y que combina la riqueza paisajística de esta zona de la provincia con el atractivo patrimonio histórico de las fortalezas históricas.

Parte de la Ruta del Temple

La Diputación de Castellón presentó el año pasado el proyecto turístico y cultural de la Ruta del Temple en el que se contextualiza este sendero interpretativo. Así, ya quedan señalizados los municipios de Peñíscola, Culla y Alcalà de Xivert, y se refuerza con este Mirador Templario, en el que convergen las tres fortalezas más importantes de la época con el espacio natural que las acoge, un paraje protegido de 7.744 hectáreas terrestres y 2.448 marinas declarado parque natural. Los emplazamientos asociados con los castillos de Xivert y de Pulpis destacan por su posición altitudinal y estratégica para el control de las vías de comunicación y la defensa de los propios territorios, lugares con vistas excepcionales, que dan cuenta de la verdadera importancia adquirida por este emplazamiento a través del tiempo.

Mirador Templario nace con una determinación divulgativa que abarca tanto al visitante ocasional o de temporada como a los propios castellonenses, que encontrarán en estos itinerarios un nuevo elemento motivador para visitar el rico patrimonio que encierran los municipios de la provincia. Además, mostrar este legado de forma más accesible, contribuirá a activar las visitas y facilitará la dinamización de los diferentes agentes locales.

El sendero Mirador Templario recorre paisajes impresionantes que serpentean por las montañas en las que se instalaron estrambóticamente los castillos en busca del control del territorio desde las alturas. Hoy son espectaculares balcones para caminantes, turistas y amantes de la historia.

Aunque estos castillos ya han perdido su objetivo defensivo, no dejan de abrir una mirada a un pasado no tan lejano. El castillo de Xivert, jefe de la encomienda templaria en 1243 y recientemente restaurado; el castillo de Pulpis, con su espectacular Torre del Homenaje y las murallas desde donde poder vislumbrar el frondoso barranco del Castell; y el inigualable y majestuoso castillo de Peñíscola donde, aún hoy y por todas partes, son muy visibles las pétreas huellas que dejaron los caballeros templarios.

Desde este mirador panorámico, situado entre los castillos de Peñíscola y Pulpis, se puede observar la riqueza patrimonial de la provincia. En frente, en el Mediterráneo, el archipiélago volcánico de las islas Columbretes. Al norte, el valle de Alcalà, el Delta del Ebro y el inexpugnable tómbolo de Peñíscola. Hacia el sur, la costa virgen de matorrales y pinares que enlazan con el mar a través de costas rocosas y playas de grava, conchas y arena. Unas imágenes de estampa.