Es Google demasiado grande, demasiado invasivo y demasiado implacable con sus competidores? Eso piensan la gran mayoría de fiscales generales de Estados Unidos. 48 estados han lanzado una investigación contra Alphabet, la matriz de Google, para determinar si está incurriendo en prácticas monopolísticas que perturban la libre competencia en el sector y perjudican a los consumidores. La iniciativa está liderada por el estado conservador de Tejas, pero ha logrado aglutinar a otros de corte demócrata. Solo California y Alabama se han quedado fuera de unas pesquisas en las que también participan el Distrito de Columbia y Puerto Rico.

Esta masiva investigación se suma a la abierta la semana pasada contra Facebook por otro grupo diferente de estados. Y no queda ahí la cosa porque también el Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio están escrutando a los gigantes de internet, Amazon y Apple incluidos. "Google domina todos los aspectos de la publicidad en internet y las búsquedas en la red", ha dicho el fiscal general tejano, Ken Paxton, al oficializar el lanzamiento de la investigación en las escaleras del Tribunal Supremo en Washington.

Todo parece indicar que la luna de miel entre Silicon Valley y los distintos estamentos del poder político en EE UU ha llegado a su fin. Durante mucho tiempo la industria ha gozado de manos libres para hacer y deshacer en un entorno regulatorio extraordinariamente laxo, derivado de su inagotable capacidad para generar riqueza, innovación y empleo. Por no hablar de sus generosas donaciones a la clase política. Pero esa actitud ha empezado a cambiar a medida que un puñado de empresas pasaban a dominar globalmente el sector y salían a relucir los riesgos y abusos de su control omnímodo.