El 99,14% de hogares con una potencia contratada igual o inferior a 15 Kv ya mide la luz de forma digital. Eso sí, no en todas las comunidades el despliegue ha sido el mismo. Pontevedra y Lérida son las provincias más rezagadas en el cambio de estos medidores, según un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). La provincia gallega no llega al 98%, como el resto, por «deficiencias en la instalación o instalaciones peligrosas», mientras que en las cuatro provincias catalanas la principal distribuidora del territorio, Endesa, alude a que «un elevado número de clientes se han negado a sustituir los contadores».

Según la CNMC, «en algunos casos» esta negativa está relacionada con campañas que determinadas organizaciones promueven en contra de los denominados contadores de telegestión. De hecho, en la provincia de Lérida, la negativa del cliente es la principal causa de que no se sustituyan los equipos. En el resto de provincias catalanas y en la de Teruel priman los «accesos imposibilitados», como en el resto de España, esto es, casas deshabitadas, contadores en el interior a los que no se puede acceder o armarios que no se pueden abrir.

DIRECTIVA EUROPEA / El cambio de medidores surge en respuesta a una directiva europea que propone un despliegue de contadores inteligentes del 80%. A día de hoy, otros siete países han superado esta meta, pero algunos como Alemania no ha cambiado ni uno. El objetivo es que el consumidor pueda «participar activamente en el mercado». Y es que la diferencia entre los contadores actuales y los antiguos es la forma de medir el consumo, que antes era manual -un técnico acudía al domicilio para tomar nota cada mes- y ahora es digital -se mide de forma remota cada hora--. Así, a través de la página web de las distribuidoras los usuarios pueden ver su curva de consumo y adaptar sus usos.

Sin embargo, la mayoría de usuarios no utilizan los contadores. Según el último panel de hogares de la CNMC, solo un 40% de los usuarios con tarifa horaria y contador digital adapta su consumo para disminuir la factura. La ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, criticó la semana pasada a las eléctricas por no sacar todo el potencial de estos aparatos: «No estoy segura de que estemos aprovechando todo su potencial. No los estamos utilizando tanto como debemos», denunció ante el sector de la distribución en un congreso de su patronal, Aelec. «Algunas distribuidoras están esforzándose para dar esa información lo mejor posible, pero no todas», criticó.

La reflexión de Ribera no es aislada. La CNMC pide que se «flexibilice y se eliminen restricciones» que limitan los derechos de los consumidores. Y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) asegura que no todas las distribuidoras ofrecen la misma información. «Iberdrola y EDP son las únicas que muestran picos de consumo», explica el coordinador de productos y servicios de la OCU, Javier Arranz.

Las distribuidoras piden que el Ejecutivo establezca unas tarifas diferentes según el tramo horario. Una propuesta que coincide con la OCU. No obstante, hay también quien considera que ofrecer una mejor tarifa en base al consumo que se realiza es algo que corresponde a las comercializadoras.