Abertis ha cerrado la toma de control de Red de Carreteras de Occidente (RCO), una de las mayores empresas de autopistas de México, con la compra de un 51,3% de la compañía, una operación acordada el pasado mes octubre y que supone un importe de 1.500 millones de euros. Su socio en la transacción, el fondo soberano de Singapur GIC, ha tomado otro 21%.

Se trata de la primera gran operación de crecimiento que aborda desde que Atlantia y ACS tomaron su control, con la que, además, logra entrar en Norteamérica, un mercado estratégico en el que buscaba posicionarse desde hace años.

Asimismo, con la compra de RCO, Abertis amortigua el impacto generado por las autopistas españolas que están terminando su contrato de concesión y volviendo al Estado.

Eje vertebral

RCO gestiona ocho autopistas de México que suman 876,5 kilómetros de longitud y constituyen una de sus principales redes del país, dado que conforman el "eje vertebral" de la región centro y occidente, y conectan el mayor corredor industrial y las ciudades de Ciudad de México y Guadalajara.

Según Abertis, la ubicación de las vías les ha permitido amortiguar los desplomes de tráfico que las autopistas de pago han contabilizado en todos los países por la crisis sanitaria, dado que han limitado sus descensos al 32%.

La compañía que dirige José Aljaro ha cerrado esta operación tras comprometerse con el Gobierno de México a invertir 300 millones de euros en construir mejoras en una de las autopistas de RCO a cambio de ampliar en seis años su plazo de concesión.

En un comunicado, Abertis indica que este pacto demuestra su compromiso de inversión en el país y su apuesta por la colaboración entre la iniciativa pública y privada. Además, contempla su desembarco en México como palanca para seguir creciendo en la zona.

8.600 kilómetros de autopistas

Por el momento, con la adquisición de RCO, que se materializa a pesar de la actual crisis, Abertis pasará a contar con una cartera de 8.600 kilómetros de autopistas y extiende la vida media estas concesiones.

El grupo ha financiado la operación con efectivo disponible y préstamos a medio y largo plazo ya existentes. Por ello, confía en que no tendrá impacto en su 'investment grade', toda vez que las agencias de calificación ya tenían descontada la transacción y que cuenta con un 'colchón' de liquidez de 4.400 millones de euros.

RCO consolidará globalmente en las cuentas de Abertis y, por tanto, en las de Atlantia. De esta forma, aportará ingresos de cerca de 400 millones de euros y un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de cerca de 300 millones de euros.

2.000 millones de deuda

No obstante, también supondrá asumir una deuda de unos 2.000 millones de euros, que se suma a la de 22.963 millones de euros que Abertis presentaba al cierre de 2019.

En virtud de la operación, la compañía española finalmente se ha hecho con una participación del 51,3% de RCO, un porcentaje ligeramente superior al del 50,01% inicialmente planeado, mientras que su socio en la transacción, el fondo soberano de Singapur GIC, ha tomado otro 21%.

Los dos socios se quedarán así con el 72,3% de la compañía mexicana. En concreto, toman el 70% que estaba en manos de Goldman Sachs y sobre el que el fondo tenía colgado el cartel de 'se vende' y otro 2,3% adquirido a minoritarios.

Esta adquisición a los minoritarios se ha realizado en sustitución de la formulación de la OPA que contemplaba el acuerdo de compra original.