El Gobierno persigue que las renovables supongan un 42% del uso final de la energía y un 74% de la generación en 2030, por lo que prevé impulsar su instalación a través de un nuevo modelo de subastas. El factor clave será el precio de la energía, pero también se abrirá la puerta a la posibilidad de ponderar criterios de carácter tecnológico, geográfico o prestacional. Tras aprobar el nuevo modelo, el ministerio publicará un calendario plurianual con las convocatorias que dé predictibilidad a los interesados para no jugárselo todo a una. «Eso es lo que hace que suban mucho los precios», explicó Groizard.

En las nuevas subastas se pujará por el precio de la generación, en vez de por la rentabilidad de la inversión, pero también se abre la puerta a realizar convocatorias por tecnología (solo eólica o solo fotovoltaica) o, incluso, por combinaciones.

También el factor geográfico podrá ser tenido en cuenta para impulsar instalaciones en zonas donde hay una necesidad de actividad tras el cierre de centrales térmicas o si hay una necesidad concreta de energía en una zona determinada.

La tecnología, geografía y prestación son los tres principales criterios que podrán incluir las nuevas subastas, aunque habrá otros como, por ejemplo, la participación social.