El Banco de España estima que en el segundo trimestre de este año, el conjunto de la actividad económica se ha desplomado entre el 16% y el 21,8% con respecto al primer trimestre, el momento más duro de confinamiento y la paralización de la actividad. Tras esta etapa de fuerte declive, para el conjunto del presente año, la caída se situará entre el 9%, con una recuperación del 7,7% en el 2021 y del 2,4% en el 2022 y el 11,6%, con una recuperación del 9,1% y del 2,1% en el 2021 y 2022, respectivamente, según las proyecciones macroeconómicas de España 2020-2022 presentadas ayer por el instituto. En ambos supuestos no se alcanzará el nivel precrisis hasta al menos dentro de dos años, en línea con lo previsto por el Gobierno en las estimaciones remitidas a Bruselas en la actualización del programa de estabilidad. Eso supone una crisis en forma de «uve asimétrica», es decir, parecida al símbolo de la raíz cuadrada con un descenso de actividad «sin precedentes». En el peor de los escenarios, la debacle podría ser del 15,1%, pero eso sería si hubiera rebrotes importantes de la pandemia, con una recuperación del 6,9% y el 4% en el 2021 y el 2022. El mes pasado, la entidad, por boca de su gobernador, Pablo Hernández de Cos, se inclinó hacia un empeoramiento de las perspectivas publicadas en abril y consideró que los escenarios más probables de caída de la actividad en el presente 2020 estarían en la opción del 9,5% o del 12,4%.

A juicio de la dirección general de Economía y Estadística del Banco de España, será difícil que la caída del conjunto de la economía sea inferior este año del 9%. En todo caso todo dependerá de si se producen o no rebrotes en la pandemia del coronavirus, que podrían llevar el descenso más hacia el terreno del 11% e incluso por encima del 15% en el peor de los escenarios.

El descenso será mayor que en el conjunto del área del euro, con diferencias de en torno a unos tres puntos, según los escenarios, pero la recuperación será más intensa. Eso se debe a que las medidas de distanciamiento social y restricciones de movilidad han sido más intensas y duraderas que en otros países comunitarios.

El mismo informe destaca que la tasa de paro será este año del 18,1% en la previsión que el Banco de España denomina de «recuperación temprana» y el 19,6% en la bautizada como «recuperación gradual». En ninguna de las dos perspectivas se estima que el desempleo, cuya tasa se encontraba en el primer trimestre en el 14,1%, baje de la cota del 17% en los dos próximos ejercicios. Y, en el peor escenario, el año que viene se podría disparar por encima del 24%.

ESFUERZO FISCAL MENOR / El esfuerzo presupuestario para paliar los efectos de la pandemia, por su parte, se traducirá en un déficit público que este año acabará entre el 9,5% del PIB y el 11,2%. Eso se trasladará a la deuda pública, que se situará a finales de año entre el 111,7 y el 119,3% del PIB. Aún así, en España, las medidas de estímulo han supuesto el 2,5% del PIB frente a la media del 3,5% en la zona euro, debido al menor margen fiscal del país. El informe detecta ciertos síntomas de recuperación, pero «aún en niveles muy bajos» en mayo, a medida que avanza el proceso de desescalada.