El debate sobre la veracidad de los datos aportados por Bankia sobre los gastos que cada consejero realizó con la tarjeta black de la entidad, se ha mantenido vivo en la jornada de este jueves ya que uno de los acusados, Mariano Pérez Claver, ha reconocido la validez de la principal prueba inculpatoria, la hoja de cálculo Excel. Por ahora, en todo caso, es el único, ya que los demás han negado los gastos y se consideran cabezas de turco.

A preguntas de la defensa de otros acusados, Pérez Claver ha enfatizado que "era legítimo gastar lo que quisiera puesto que era mi dinero", y ha exclamado ante la sala: "¡Pero cómo me iban a pedir justificantes si eso vulnera la ley de protección de datos!". Y no ha puesto objeción a los datos Excel.

Para el exdirectivo, la tarjeta era "un instrumento de pago de parte de la retribución salarial anual y ha subrayado que nunca se preocupó de las retenciones fiscales correspondientes porque pensó que de ello se encargaba la entidad.

RETENCIONES FISCALES

Tampoco se ocupó de las retenciones el exdirector de negocio de Caja Madrid Matías Amat, que ha explicado que nunca, en siete años, le llamó la atención que el certificado de retenciones no incluyera detalles de los gastos efectuados con las tarjetas ya que era "un porcentaje muy bajo de mi retribución, por lo que me pasó desapercibido".

Para los tres miembros de la comisión de control de la antigua caja, Eduardo Torres Posada, Francisco José Pérez Fernández, Miguel Ángel Abejón y Fernando Serrano, la tarjeta era un plástico de libre disposición "para cualquier tipo de gastos" que no eran necesario justificar y que nunca se le pidió reembolso. Pero han puesto en duda la veracidad de la hoja excel.

“Bankia me imputa un aparcamiento el 29 de agosto del 2012 en la calle Montalbán y es imposible porque me retiraron la tarjeta en 2011", ha dicho Abejón. Fernando Serrano, que ha devuelto los 78.592 euros que se le adjudican para colaborar con la justicia, ha señalado: “El 6 de febrero del 2010 se me imputa un gasto a las 15.05 en un comercio de 176 euros; hago una pequeña investigación en Internet y encuentro la foto de un asador de pollos en Mollet del Vallés (Barcelona) donde no he estado nunca en mi vida”, ha afirmado.