El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, visitó esta semana el complejo Tâmega acompañado del primer ministro portugués, Antonio Costa. Un macroproyecto a medio camino entre Ourense y Oporto que junto a la mayor central de bombeo de Europa que la eléctrica tiene en Valencia (La Muela) pretende convertir a la Península Ibérica en "la gran batería del Viejo Continente". El agua reclama un sitio en el esquema de la transición energética.

Una central de bombeo hidroeléctrico se compone de dos embalses a distinta altura. Uno en el nivel más bajo que bombea el agua en las horas de menor demanda eléctrica por las noches o fines de semana-- al depósito superior. Otro, en el nivel más alto, que funciona como depósito de agua, y en las horas de mayor consumo entre semana-- funciona como una planta hidroeléctrica normal al turbinar agua para producir electricidad. Es decir, el bombeo es una forma de almacenar electricidad en forma de agua embalsada para utilizar cuando sea necesario y de forma limpia, sin generar emisiones a la atmósfera.

En la próxima década el Gobierno pretende duplicar los megavatios actuales de energía eólica y fotovoltaica, según los planes establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), una ingente cantidad de nuevas renovables que necesitan almacenamiento para dar estabilidad al sistema eléctrico, pues molinos y paneles solares solo producen electricidad cuando hace viento o sol. Una posibilidad de 'guardar' energía son las baterías eléctricas, otra las centrales de bombeo.

Iberdrola superará los 4.000 megavatios de bombeo en toda la Península Ibérica -3.192 megavatios en España y 880 megavatios en Portugal- con la puesta en marcha del complejo del Tâmega, formado por tres presas y tres centrales hidroeléctricas -Gouvães, Daivões y Alto Tâmega- que empezarán a funcionar de manera progresiva entre los años 2021 y 2023. Para hacerse una idea, la capacidad almacenamiento de Gouvães es de 20 gigavatios hora (GWh), el equivalente a 400.000 baterías de coches eléctricos o a 1,4 millones de baterías para uso residencial.

Pero además la empresa ya estudia nuevos emplazamientos para centrales de bombeo en España. Las dos posibilidades que están sobre la mesa, aunque en un fase muy incipiente, serían el embalse Tiétar-Tajo (Cáceres) y el Esla (Zamora), según desveló en su visita a Portugal el presidente de la eléctrica, Ignacio Galán.

3.500 nuevos megavatios hasta 2030

A tenor de las previsiones del Gobierno para el año 2030 dibujadas en el PNIEC, España prevé una capacidad adicional de 3.500 megavatios de bombeo para almacenamiento (más 2.500 megavatios de baterías eléctricas) en los próximos diez años. Si bien, según recoge el último borrador del texto el objetivo es alcanzar los 9.500 megavatios de bombeo, "la composición futura del mix de tecnologías de almacenamiento dependerá del desarrollo tecnológico y de los méritos relativos de cada alternativa".

En la actualidad, España cuenta con más de 5.800 megavatios de esta tecnología, de los cuales 3.337 son bombeo puro que, según el plan del Ejecutivo, alcanzarán los 6.837 megavatios en 2030. Por bombeo puro se entiende aquellas centrales que no pueden ser utilizadas como hidroeléctricas convencionales sin haber bombeado previamente al depósito superior el agua acumulada en el embalse inferior. En el caso del bombeo mixto --centrales que pueden ser utilizadas como hidroeléctricas convencionales sin necesidad de bombeo previo del agua almacenada se mantendrán estables en 2.687 megavatios de potencia.