El Gobierno portugués declaró la situación de alerta por crisis energética debido a la huelga de transportistas, medida que permite movilizar a militares y fuerzas de seguridad para garantizar el abastecimiento de combustible. La medida fue anunciada por el ministro adjunto y de Economía de Portugal, Pedro Siza Vieira, durante una declaración a la prensa en el Parlamento, donde explicó que esta medida permite movilizar a todos los agentes de protección civil para restablecer el abastecimiento de combustible en las infraestructuras esenciales y las gasolineras.

La declaración de alerta también obliga a los conductores de vehículos pesados a ayudar con el transporte de combustibles si fuese solicitado por las autoridades y da prioridad a las fuerzas de emergencia y seguridad a la hora de repostar. Antes de estas medidas excepcionales, el Gobierno portugués ya había aprobado en consejo de ministros la llamada «requisición civil», un instrumento legal que permite blindar unas operaciones mínimas para garantizar el funcionamiento de los servicios esenciales. Este instrumento, que el Ejecutivo del socialista António Costa solo había utilizado una vez esta legislatura (con el paro de enfermeros), fue accionado porque no se cumplían los servicios mínimos decretados.

La huelga de los transportistas de mercancías peligrosas está causando estragos especialmente en los aeropuertos, entre ellos Lisboa, que ha dejado de recibir combustible. La gestora aeroportuaria ANA admitió que la situación podría afectar a operaciones aéreas y, según medios locales, varios aviones han tenido que realizar paradas en aeropuertos españoles para repostar. Al menos 16 vuelos con salida en los aeropuertos portugueses de Lisboa y de Faro aterrizaron el miércoles en el aeródromo sevillano de San Pablo para cargar carburante.