El grupo francés Alstom hizo oficial este lunes la compra de la actividad de transportes de la canadiense Bombardier a un precio entre 5.800 y 6.200 millones de euros, lo que supone la creación del segundo mayor grupo ferroviario del mundo, tras el chino CRRC.

El acuerdo ha sido firmado con la actual dirección de Bombardier, compañía muy minada por las deudas, y por el banco canadiense CDPQ, principal acreedor, que se convertirá en el mayor accionista del conglomerado con un 18 % del capital, indicó Alstom en un comunicado.

La operación se produce meses después de que las autoridades comunitarias de la competencia vetaran la fusión entre Alstom y la alemana Siemens, que habría creado el líder mundial del sector.

Desde entonces, el grupo galo buscaba una operación que consolidara su situación en un mercado en el que la competencia de CRRC está siendo cada vez más dura, con una cuota de mercado estimada para el grupo chino en el 70 % y una presencia creciente en Europa.

Entre ambos grupos acumulan pedidos por valor de 72.000 millones de euros y un volumen de negocios de unos 15.500 millones anuales, en un sector cuyo crecimiento se estima entre el 3 y el 5 % hasta 2025, gracias en buena medida por el tirón ecológico del transporte ferroviario.

En la actualidad, Bombardier Transport cuenta con 40.000 empleados y Alstom con 36.000.

Alstom incorpora a su catálogo los sistemas de señalización en los que Bombardier es uno de los líderes mundiales, además de su clientela americana, que a partir de ahora se gestionará a partir de Montreal.

Además, el banco CDPQ será un socio a largo plazo y se compromete a invertir en la empresa los 2.000 millones que obtendrá por la venta y otros 700 millones suplementarios.

Como parte del pago se hará en acciones -el 30 %, según algunos medios-, la entidad quebequesa, que actualmente tiene el 32,5 % de Bombardier, sustituirá como principal accionista de Alstom a Bouygues, cuya participación quedará diluida al 10 % del capital, frente al 15 % actual.

El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, respaldó la operación que permitirá a Alstom, participada también por el Estado, de "preparar el futuro en un contexto de competencia cada vez más intenso".

"El desarrollo de una industria ferroviaria europea fuerte y competitiva es más que nunca una prioridad", indicó en un comunicado Le Maire, que aseguró que exigirá que la operación "cree valor a la industria francesa y europea, así como a los trabajadores" de ambos grupos y de las empresa con las que subcontratan.

Además, anunció una conversación con la vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, para solicitar la luz verde a la operación.

Para Bombardier supone un paso más en su desmantelamiento, que ya le ha costado su división de aviones comerciales, con vistas a enjugar su deuda, calculada en 9.300 millones de dólares.