Unos grados más o unos menos pueden significan decenas de millones de beneficios o de pérdidas para una empresa de moda. Es lo que le ha sucedido a la textil Mango, que ha asegurado que sufrió las consecuencias de las «altas temperaturas» del segundo semestre del 2017 (o lo que es lo mismo, dificultad para vender las prendas de la temporada de invierno). Ello provocó que, un año más, la empresa cerrase el ejercicio con pérdidas. Menos que el año anterior, eso sí.

La compañía terminó el ejercicio 2017 con unas pérdidas de 33 millones, lo que supone disminuir en un 45% los números rojos del año 2016 (61 millones). «El ejercicio se ha dividido en dos semestres muy diferenciados: en el primero el Ebitda registró una importante mejora en comparación con el año anterior y el segundo semestre registró un crecimiento más moderado, afectado por las altas temperaturas en la mayoría de los mercados más importantes para la compañía», destacó la empresa en una nota.

«Con un comportamiento de las ventas en el segundo semestre similar al del primero, el grupo habría entrado en la senda de los beneficios», comentó el vicepresidente de Mango, Daniel López. El Ebitda anual mejoró el 50%, hasta 115 millones.

El grupo facturó 2.194 millones, el 3% menos que en el ejercicio precedente. Y eso que las ventas on line aceleraron su crecimiento y su peso relativo en el conjunto del grupo: en el 2017, la facturación del canal de internet se incrementó en un 15,4% hasta alcanzar la cifra de 339,2 millones, representando ya el 15,5% del total de la facturación. En el 2017, la web de Mango recibió más de 450 millones de visitas.

El negocio en España concentró el 23% de las ventas de la compañía, y por líneas de negocio, las colecciones de moda masculina, infantil y Violeta son responsables del 18,3% de la cifra de negocio total (17,6% en el 2016). Al cierre del año pasado, el grupo estaba presente en 110 países con 2.190 tiendas.