Apple está presionando a los fabricantes de componentes de su próximo móvil, el iPhone 12, para que logren solventar los problemas de producción derivados del parón por la epidemia de coronavirus y les permita lanzarlo a tiempo para las próximas navidades, informa Nikkei Asian Edition.

La compañía que dirige Tim Cook, que quiere convertir el iPhone 12 en el primero que se conecte a redes 5G, está intentando que los retrasos industriales por la pandemia no afecte sus planes de tener el móvil para la gran época de ventas en Estados Unidos: la campaña de Navidades, que comienza después del Día de Acción de Gracias, a finales de noviembre. Esto supone tenerlo a punto en septiembre, aunque según algunos analistas, podría retrasarse a octubre, al menos alguno de los tres o cuatro modelos que prevén algunos analistas.

No sería la primera vez que Apple sacara al mercado un móvil sin tener stock suficiente, lo que desde el punto de vista de márketing, no hace sino aumentar el deseo de los compradores por tener un objeto escaso. Ya ocurrió, por ejemplo, en el iPhone 3G, el primero que llegó a España. Según algunas fuentes de Nikkei, el plan previsto era un lanzamiento de 100 millones de unidades que se podría quedar en 80.

Caída de ventas

Los proveedores de componentes del iPhone son en su mayoría chinos y el terminal se ensambla en las fábricas chinas del gigante taiwanés Foxconn, que produce también para otros fabricantes como Samsung o Huawei. Foxconn, que ya preveía sus mayores pérdidas en siete años, ha tenido sus fábricas cerradas más de dos meses y cuando las ha reabierto, ha tenido que aplicar medidas de contención que han ralentizado también los ritmos, que suelen aumentar peligrosamente cuando se acerca un gran lanzamiento.

Apple, en su presentación anual de resultados, ya preveía una bajada de ingresos por la caída de las ventas en China, que ahora ya se han extendido a todo el mundo. Las tiendas Apple han estado cerradas durante la pandemia, y aunque han seguir vendiendo online, el consumo se ha retraído. Y en Estados Unidos todavía están abriendo y cerrando, según evolucionan los brotes locales.

La opción de que el iPhone 12 se anuncie en enero parece ser, según Nikkei, que ahora mismo no está sobre la mesa por el retraso tecnológico que supondría, aunque los consumidores suelen esperar.

Nuevas funciones y rastreo

Algunos empleados de Apple adscritos al diseño del iPhone, a diferencia de otros del Silicon Valley que han seguido teletrabajando desde casa, han vuelto ya a la sede central de Apple Park, el espectacular edificio de Norman Foster en Cupertino, para mantener la política de privacidad de la empresa.

La pandemia de coronavirus no solo ha paralizado producciones sino también algunas inversiones como las que iban a llevar a Foxconn a ampliar fábricas en India y Taiwán. La contracción del consumo aquí también puede pasar factura.

El próximo iPhone 12, además de acceder a redes 5G, está previsto que mejore la pantalla y la cámara (cuyo software mejoraba mucho con el iPhone 11), incorpore la nueva versión del sistema operativo que se presentó este pasado junio, y la nueva tecnología de rastreo en la que trabaja la firma que fundó Steve Jobs para luchar contra la pandemia, además de la gran apuesta de la compañía: la realidad aumentada.

La caja también va a ser más delgada porque al parecer no va a incluir ni auriculares (la compañía quiere forzar el cambio a los inalámbricos) ni el cargador, a cambio de vender aparte un modelo nuevo más rápido, según Digitimes.