El Gobierno está ultimando los detalles para presentar su plan definitivo de apoyo al sector del automóvil, estratégico para el país (10% del PIB y el 15% de la recaudación fiscal) y uno de los más devastados por la crisis provocada por la pandemia. El plan que anunció Pedro Sánchez hace una semana reconoce varios frentes, y abarca desde el ámbito industrial hasta el comercial. Desde el sector están reclamando un apoyo vital para recuperar el dinamismo en un año que iba ya a ser difícil, tanto por la normativa europea de emisiones de los 95 gramos en el 2021 como por la caída de la demanda que se venía produciendo desde el 2019.

La hoja de ruta está trazada pero necesita confirmación. El plan de reactivación ofrecerá inversiones industriales para modernizar la fabricación. Se impulsará la investigación y el desarrollo, se trabajará en créditos ICO para dar más liquidez y se apostará por medidas en el ámbito laboral. Una fiscalidad verde también se promoverá.

Los incentivos a la compra de vehículos es un punto clave. Con un mercado que registró en mayo una caída del 72,7% (y del 96,6% en abril), el sector necesita más que nunca un estímulo para los consumidores.

La asociación de fabricantes, Anfac, lleva tiempo trabajando con el Gobierno para adoptar las medidas necesarias en las que todos salgan beneficiados, pero el escollo que representa el tema medioambiental parece estar frenando la decisión final. Ya han pedido al Ejecutivo un plan con 400 millones en subvenciones, no solo para electrificados.

Anfac presentó al ejecutivo un plan 2020-2040 el 2 de marzo en el que reclamaba lo que ahora se hará motivado por el frenazo económico, un plan de revitalización. Pedía «fomentar la renovación del parque con los nuevos vehículos de bajas y cero emisiones, con especial interés en los electrificados, mediante una fiscalidad favorable, ayudas a la compra» y «ayudas a la infraestructura de recarga».

También, potenciar el mercado con ayudas manteniendo la neutralidad tecnológica (una necesidad más que una petición) algo que, después de conocer el contenido del anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética presentado el 19 de mayo, podría no producirse. La idea que ha calado de ese plan de prohibir la venta de vehículos con motor de combustión con horizonte 2040 no ayuda al sector del automóvil.

cláusula de permanencia / Esta ley deberá cabalgar junto al plan que el Gobierno desvelará esta semana y en el que los ministerios de Industria y de Transición Energética no coinciden. Desde los socios del Gobierno (Unidas Podemos) ya han advertido que «si el Estado apoya al sector, estos deben adquirir un compromiso con el país», y añaden: «No puede ser que se den ayudas públicas a un sector y que las empresas deslocalicen las fábricas, echando a la calle a miles de personas». De hecho, quiere que los planes de reconstrucción contemplen una estrategia de reindustrialización y que la línea de apoyo financiero incluya una cláusula especial para asegurar la permanencia de las mismas en el territorio durante al menos cuatro años.

Desde el sector creen «que se aprobará un plan que incluya algún tipo de incentivo a la compra de vehículos sea cual sea la tecnología, por lo que pensamos que incluirán también a los diésel y gasolina, pero no es seguro».