Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) aprobaron ayer sacar a Bahamas y a San Cristóbal y Nieves de su lista negra de paraísos fiscales, con lo que solo quedan siete países que no se han comprometido a enmendar sus legislaciones y se mantienen en este ránking. Estos dos países pasan a estar bajo la vigilancia de las autoridades de la UE para certificar que no vuelven a incurrir en prácticas no aprobadas en el club de los Venitiocho.

«Tener menos jurisdicciones en la lista es una medida del éxito del proceso», afirmó en un comunicado el ministro de Finanzas de Bulgaria, Vladislav Goranov, cuyo país ostenta la presidencia semestral de la Unión. La UE saca de su lista negra de países que no cooperan en materia de fiscalidad a aquellas jurisdicciones que se comprometen a enmendar los fallos detectados por las autoridades comunitarias en sus regímenes fiscales.

Estas pasan a la denominada lista gris, donde están sujetas a la vigilancia comunitaria, que analiza si cumplen efectivamente las medidas adoptadas y, en caso contrario, las vuelven a incluir en la lista negra. La clasificación gris cuenta con un total de 60 países tras la entrada de Bahamas y San Cristóbal y Nieves.

«En tanto que jurisdicciones en todo el mundo trabajan para reformar sus políticas fiscales, nuestro reto para el resto del año será ver si los compromisos son correctamente implementados», declaró Goranov.

En la lista negra, aprobada por primera vez en diciembre con un total de 17 países, permanecen en la actualidad Samoa Americana, Guam, Namibia, Palau, Samoa, Trinidad y Tobago y las Islas Vírgenes de los EEUU.

Para confeccionar la lista negra, la UE analizó la legislación fiscal de un total de 92 jurisdicciones de acuerdo con tres criterios: su nivel de transparencia, si garantizan una imposición justa o por el contrario facilitan la creación de estructuras opacas para facilitar la evasión tributaria.