La balanza por cuenta corriente, que mide los ingresos y pagos al exterior por intercambio de mercancías, servicios, rentas y transferencias, registró un superávit de 11.800 millones de euros en los siete primeros meses del año, un 10,6% menos que el superávit de 13.200 millones de euros del mismo periodo del año pasado, según los datos publicados este lunes por el Banco de España.

La balanza de bienes y servicios presentó un superávit de 20.300 millones de euros hasta julio, frente al superávit de 20.600 millones de euros del mismo periodo del año anterior. Dentro de ésta, el turismo y los viajes mantuvieron prácticamente su superávit en 27.500 millones de euros, 100 millones menos que la cifra hasta julio de 2018.

Por su parte, el saldo de rentas primaria (rentas de trabajo, de la inversión, impuestos sobre producción y la importación y subvenciones) y secundaria (transferencias personales, impuestos corrientes, cotizaciones y prestaciones sociales, etc.) registró un déficit de 8.500 millones de euros, por encima del saldo negativo de 7.400 millones de euros del mismo periodo de 2018.

Entre tanto, el saldo de la cuenta de capital incrementó en los primeros siete meses del año su superávit en 200 millones de euros, hasta los 1.600 millones de euros.

Así, el saldo agregado de las cuentas corriente y de capital, que determina la capacidad o necesidad de financiación de la economía española, registró un superávit de 13.400 millones de euros hasta julio, inferior al saldo positivo de 14.600 millones de euros de los siete primero meses del año pasado.

CAPACIDAD DE FINANCIACIÓN

En términos acumulados de 12 meses, la capacidad de financiación de la economía española se situó en 27.900 millones de euros hasta julio, importe inferior a los 29.100 millones de euros en el conjunto de 2018.

En los siete primeros meses del año salieron en España 18.200 millones de euros por compra de activos, desendeudamiento y desinversiones, frente a los 31.100 millones que salieron del país en el mismo periodo año anterior.

La salida o entrada de capitales es un saldo que resulta de tener en cuenta lo que los residentes españoles invierten fuera del país y lo que los extranjeros destinan a España en ese mismo periodo.