Los bancos acreedores de Duro Felguera, empresa asturiana de ingeniería que ha acudido a la SEPI para conseguir 120 millones de euros del Fondo de Ayuda a la Solvencia de Empresas Estratégicas, han alcanzado un preacuerdo de refinanciación de la empresa que debe permitir que el consejo de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales autorice las concesión de esa ayuda, explican fuentes financieras. Duro Felguera fue la primera empresa en acogerse al plan de ayuda publico dotado con 10.000 millones de euros, pero la complicada situación financiera de la compañía que ha hecho dudar a los bancos sobre su futura viabilidad ha complicado la obtención de un acuerdo.

Las entidades bancarias, entre las que se encuentran, Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y LIberbank, entre otros, han estado trabajando con la última propuesta remitida por la empresa y que, básicamente implica que los bancos no tendrían que poner más dinero en la firma. La propuesta supone la obtención de 100 millones de euros en avales para proyectos de la compañía, de los que un elevado procentaje (se negoció si debe ser entre el 70% o el 80%) estarían avalados por la compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE) y e resto hasta los 100 millones --podría llegar a ser 20 millones-- los aportarían los bancos acreedores.

Pero el acuerdo, además, incluiría la refinanciación de créditos por valor de 85 millones, de los que Duro Felguera tendría que aportar directamente 20 millones, la misma cifra que aportaría los bancos del nuevo tramo de financiación anterior, de manera, que las entidades financieras verían cumplido su propósito de no poner más dinero directamente en la empresa. Este acuerdo es básico para que la SEPI dé el visto bueno al plan de viabilidad de la compañía y autorice las ayudas solicitadas en su consejso de adminsitración.

Pérdidas de 171 millones

La firma asturiana registró pérdidas por 171 millones de euros durante el año 2020, lo que refleja "los efectos que la crisis del covid-19 ha tenido sobre sus operaciones desde mediados del mes de marzo" y "que han imposibilitado mantener los resultados positivos alcanzados en el ejercicio 2019". Así lo argumentó la compañía en los resultados remitidos a la CNMV. Las ventas en el ejercicio fueron de 143,9 millones de euros, "lo que supone un descenso del 63% respecto al año 2019".

La deuda financiera neta de la firma asciende a 70,4 millones de euros, "siendo la deuda bruta de 95,3 millones de euros y la tesorería de 24,9 millones de euros". La plantilla media del grupo ha pasado de 1.546 empleados en el 2019 a 1.173 empleados en el 2020.