El Banco de España pronostica que el déficit español seguirá desbocado este año y se situará en el 4,4% sobre el producto interior bruto, frente al objetivo comprometido con Bruselas del 2,8%. El desfase entre ingresos y gastos se mantendrá durante el 2017 para situarse en el 3,4% del PIB, según las últimas previsiones que acaba de hacer públicas el organismo. La institución que dirige Luis María Linde ha rebajado una décima la previsión de crecimiento de la economía este año, hasta el 2,7% (en diciembre se pronosticaba un 2,8%), por debajo del 3% que pronostica el Gobierno. La revisión a la baja se justifica por el menor crecimiento mundial, a apreciación del euro y por el descenso de las cotizaciones bursátiles. Para 2017, estima un incremento del 2,3%, de acuerdo con sus nuevas proyecciones macroeconómicas de la economía española.

La autoridad monetaria destaca que España prolongará su actual periodo expansivo a lo largo de 2016 y 2017, aunque a menor ritmo que el observado durante 2015, cuando el PIB creció un 3,2%, por la "pérdida de fuerza" de algunos factores que han impulsado recientemente el avance de la economía, como las sucesivas bajadas del precio del petróleo, la depreciación del tipo de cambio del euro, la moderación de los costes de financiación o el tono más expansivo de la política fiscal durante 2015.

"Desde el punto de vista interno, las dudas acerca del curso futuro de las políticas económicas podrían incidir negativamente en las decisiones de gasto de los agentes privados, especialmente si la actual situación de incertidumbre política se prolongase en el tiempo. Reducir la incidencia de estos riesgos requiere priorizar tanto la culminación del proceso de consolidación fiscal, que resulta esencial para mantener la confianza, como perseverar en la aplicación de las reformas estructurales que reduzcan las vulnerabilidades de la economía española y permitan mejorar su capacidad de crecimiento futuro", afirma la institución.