Toque de atención del Banco de España a las entidades financieras. El gobernador, Pablo Hernández de Cos, advirtió ayer a los bancos de que deben «adecuar el precio al perfil de riesgo: mayores precios deben ser cobrados a mayores perfiles de riesgo» de los clientes. El sector, argumentó, corrigió en los años posteriores a la crisis los excesos en la concesión del crédito de la época de la burbuja, en la que no había una relación estrecha entre el tipo de interés y el riesgo de impago del cliente. Pero esta mayor prudencia, alertó, «ha ido perdiendo intensidad en los últimos años», algo que las entidades «deberían esforzarse por revertir para reflejar adecuadamente en los precios todos los costes y los riesgos asumidos».

En unas jornadas financieras del IESE y EY, Hernández de Cos subrayó que los bajos tipos de interés impuestos por el Banco Central Europeo (BCE) para apoyar la economía penalizan la rentabilidad de los bancos, que pueden verse tentados a asumir más riesgos para elevar sus beneficios. Algo especialmente relevante ya que, tras las últimas medidas adoptadas por la autoridad monetaria en septiembre, la sensación general es que el precio del dinero ha pasado de estar «lower for longer (más bajo durante más tiempo) a que ahora parece que estamos en el low forever (bajos para siempre)».

Relativa tranquilidad / En el mismo foro, el consejero delegado del Sabadell, Jaume Guardiola, admitió que el mercado es «supercompetitivo» y ello «no permite que haya mucha subida de precios». Su homólogo del Santander, José Antonio Álvarez, dijo que hay entidades «luchando por el último euro» en juego, algo que es difícil de afrontar con unos precios «adecuados», puntualizó.

Pese a ello, el gobernador aseguró que su institución está «relativamente tranquila», porque «no parece que los bancos españoles estén elevando significativamente su perfil de riesgo, aunque algunos factores requieren una vigilancia estrecha». Además de la fijación de precios adecuados para el crédito, también ha citado como elementos a seguir por el supervisor los préstamos al consumo de los hogares, el precio de la vivienda para detectar sobrevaloraciones que todavía no se han producido, la deuda empresarial que poseen los bancos, y el hecho de que «algunos tipos de empresas y sectores todavía presenten un grado de vulnerabilidad significativo» ante un deterioro del entorno económico.

«En el caso de que estos riesgos emergieran, los nuevos instrumentos que la política macroprudencial ha puesto a disposición del Banco de España están diseñados específicamente para mitigar una potencial acumulación excesiva de riesgos y para aumentar la capacidad de absorción de pérdidas de las entidades si estos riesgos llegasen a materializarse», sostuvo Hernández de Cos, que también destacó que la rentabilidad de la banca española se situó en septiembre en el 6,2%, 1,5 puntos por debajo de un año antes e inferior al en torno al 7% que les cuesta a las entidades hacerse con el capital, lo que «dificulta el reforzamiento de su solvencia».

Por ello, ha puesto deberes al sector para corregirlo, «como aumentar la concesión de crédito solvente, diversificar sus fuentes de generación de recursos, reducir los activos improductivos (morosos y adjudicados), incrementar su eficiencia y mejorar su reputación, entre otras».