El Banco de España recomienda reforzar las estrategias de rastreo y seguimiento de los nuevos y potenciales contagios de la covid para frenar la extensión de la pandemia y minimizar los impactos económicos de un segundo confinamiento. El organismo presidido por Pablo Hernández del Cos coincide con el posicionamiento manifestado en las últimas semanas por patronales y cámaras de comercio, que abogan por la inversión pública y la apuesta por las nuevas tecnologías (como la app Radar Covid) para evitar un nuevo cerrojazo de la economía.

Hallar el complicado equilibrio entre combatir la pandemia y mantener en pie la actividad económica. Este es el dilema sobre el que indaga el estudio publicado este martes por el Banco de España, en el que el organismos alerta de los efectos de un segundo confinamiento indiscriminado sobre la economía y las pérdidas que ya han cuantificado previamente diferentes entidades y casas de estudio sobre el PIB o el empleo. Los autores de este informe recomiendan a la Administración actuar restrictivamente si es necesario, pero también abogan por hacerlo sobre sectores o territorios en función de la evolución del virus. También recomiendan la limitación de los contactos y reuniones sociales de la población, especialmente con la población de edad avanzada.

El estudio del Banco de España deja documentadas dos ideas. El confinamiento consigue reducir la extensión del virus a la vez que destruye puestos de trabajo. Las correlaciones que establecen los investigadores constatan que aquellos municipios con mayor dependencia de las empresas consideradas no esenciales sufrieron una mayor caída de la actividad y pérdida de empleo. Los contratos temporales son otra variable mal avenida con el confinamiento, pues a mayor frecuencia de estos en un territorio, mayor pérdida de empleo sufrió este tras la llegada de la covid.

MÁS TEMPORALIDAD, MAYOR DESTRUCCIÓN DE EMPLEO

De acuerdo con los resultados de la investigación de Eduardo Gutiérrez y Enrique Moral-Benito, "los municipios con una mayor exposición a dichas actividades no esenciales, y que, por consiguiente, redujeron en mayor grado su actividad económica, mostraron un menor incremento de la tasa de incidencia de la covid-19 a lo largo del mes de abril, pero también una peor evolución del empleo según los registros de la Seguridad Social.

Cuanta más peso tienen las empresas dedicadas a los servicios no esenciales en un territorio, más sufre dicho territorio la pérdida de empleo ante el virus. Así, por cada punto porcentual de mayor peso de las actividades no esenciales, la tasa de crecimiento del empleo es aproximadamente 0,21 puntos inferior en términos acumulados entre marzo y abril; según constatan los investigadores. Hasta el punto de que los municipios más afectados por los cierres, apenas han experimentado un efecto repunte una vez se relajaron las medidas del primer confinamiento.

A su vez, cuánto mayor tasa de temporalidad acumula una región, más empleo se perdió al estallar la pandemia. Los empleados temporales absorben en mayor medida la destrucción de empleo como consecuencia de la dualidad del mercado laboral español, resume el estudio.