Los bajos tipos de interés impulsados por el Banco Central Europeo (BCE) para activar la economía han provocado que el rendimiento que obtienen los bancos por los créditos esté en mínimos, lo que tiene su rentabilidad bajo una gran presión. Para compensarlo, las entidades están intentando robar clientes a la competencia, de manera que el incremento de la base de préstamos equilibre el menor beneficio que se obtiene por cada uno de ellos. El problema es que algunas instituciones, para ganar cuota de mercado, otorgan estos créditos a pérdidas, es decir, sin cubrir los distintos costes que les supone concederlos ni incluir una prima por el riesgo de impago que asumen. Una práctica peligrosa (contribuye al resultado a corto plazo pero perjudica el balance a largo) que el Banco de España va a penalizar.

"No se debería hacer en ningún caso. Eso no es competir, es hacer trampas", han advertido este viernes fuentes del organismo. La institución gobernada por Luis María Linde ha detectado que en los últimos tiempos el crédito se ha abaratado más "de lo que debería haber sido según otros indicadores del mercado", como los intereses de la deuda pública. Esta guerra de precios es buena para el cliente pero peligrosa para la sostenibilidad del sector. "No queremos encarecer el crédito ni que las entidades no compitan, que nos encanta. Lo que queremos es que se haga con transparencia, que no se haga dumping: tirar los precios para ganar cuota de mercado y luego subirlos", han argumentado.

El supervisor ha aprobado una revisión de la circular que regula la contabilidad de los bancos en la que recuerda que si el precio de un crédito es menor que su valor razonable de mercado, la entidad debe apuntarse la diferencia como pérdida. Además, va a obligarles a someter estos préstamos a una vigilancia especial, lo que podría forzarles a dotar provisiones adicionales para afrontar pérdidas futuras por impagos. Y en el caso de que finalmente entren en morosidad, en el calculo de las provisiones se tendrá en cuenta el interés que el banco ha dejado de cobrar por dar el préstamo a pérdidas.

IMPACTO EN ENTIDADES

El organismo también ha reordenado la forma en que los bancos tienen que hacer provisiones para afrontar pérdidas. Según las fuentes, "ninguna entidad significativa tendrá problemas para absorber" el impacto de estos cambios, si bien para algunas (probablemente las que tengan más morosidad y por tanto estén en una situación más delicada) supondrá un "impacto cuantitativo" relevante. En los bancos más pequeños, han reconocido, es "más difícil evaluar" el coste que supondrá la norma.

Además, ha cambiado la forma de contabilizar los activos de dudoso cobro para homologarla al criterio europeo, lo que va a provocar un "ligero" incremento de la tasa de morosidad. Asimismo, ha obligado a los consejos de administración a supervisar el sistema de provisiones de su entidad para evitar irregularidades de los ejecutivos y ha endurecido los requisitos de los modelos internos de cálculo de dotaciones que tienen las entidades más grandes para que sea más estricto ("No están aquí para ahorrarse provisiones. Deben dar una cifra autónoma que no dependa de la capacidad de la cuenta de resultados para dotar").

PROVISIONES DISTINTAS

Hasta ahora las provisiones se dotaban de forma general según un calendario igual para todos los tipos de crédito, hasta llegar a una dotación del 100% del valor del préstamo en un plazo de entre 12 y 15 meses. Con el nuevo sistema, sin embargo, el calendario será distinto para cada segmento de préstamos, ya que se ha calculado según la morosidad de esos productos.

Ello va a provocar que las entidades tengan que provisionar una cantidad mayor de entrada por los créditos a la construcción, a grandes empresas, a pymes y al consumo. En cambio, para las hipotecas será menos. A cambio, las entidades tendrán más plazo para alcanzar el 100% del valor del préstamo, entre 18 y 21 meses.

El Banco de España ha retrasado la entrada en vigor de la norma de junio a octubre a petición de la banca para dar tiempo a las entidades a adaptarse a la misma. Además ha recordado que la circular deberá ser modificada de nuevo en el 2018 en línea con las normas contables internacionales para pasar de un concepto de pérdida en la que ya se ha incurrido a otro de pérdida esperada en el cálculo de las provisiones.