La banca española sigue metiendo tijera en su red física. La reducción del número de sucursales se inició en el 2008, al mismo tiempo que comenzaron los problemas económicos y financieros. Desde entonces, las entidades financieras españolas han cerrado el 39,27% de sus sucursales, es decir, hay 17.937 oficinas bancarias menos ahora que hace casi una década, pero el ajuste está lejos de acabar.

Solo en el último año han desaparecido 1.755 oficinas (hasta el pasado mes de septiembre, último dato disponible), lo que arroja una media diaria de 4,8 sucursales cerradas, según los datos del Banco de España. Tras cercenar su presencia física, la banca tiene actualmente 27.737 sucursales (en 2008 había cerca de 46.000), la cifra más baja en más de tres décadas. Habría que remontarse a diciembre de 1981 para ver un número más bajo de establecimientos.

Este recorte viene acompañado del despido de miles de empleados en el sector. Si en 2008 había 278.300 empleados de banca, en 2015 se contabilizaron menos de 203.000, lo que se convierte en el nivel más bajo desde que se recogen estadísticas, y todo apunta a que las cifras definitivas de 2016 situarán la cifra por debajo de los 200.000 trabajadores. En este caso, por tanto, el ajuste también ronda el 30%.

razones del ajuste / Hay dos razones que explican la reestructuración que está viviendo la banca: uno de ellos es la concentración que ha vivido en los últimos años (las fusiones han reducido el número de bancos a una sexta parte), y el otro, la necesidad de mantener a raya los costes en un momento muy complicado. Los tipos de interés en mínimos históricos están presionando los márgenes financieros y la banca necesita potenciar todo lo posible su eficiencia y reducir al mismo tiempo los costes operativos.

Estas dos variables se mantendrán en el tiempo. Y a pesar del fuerte redimensión de la red comercial que han acometido los bancos en la última década, los organismos nacionales e internacionales siguen insistiendo en que España tiene un número de sucursales demasiado elevado. En paralelo, la banca móvil acelera su crecimiento: el 65% de los ciudadanos utilizan ya las aplicaciones de las entidades financieras para gestionar sus finanzas. Por tanto, los cierres de oficinas y los despidos en el sector bancario van a continuar en los próximos años.

De hecho, recientemente se han anunciado varios ajustes de estructura y plantilla. Este es el caso de Bankia que, como consecuencia de la absorción de Banco Mare Nostrum (BMV), ha anunciado un recorte de 2.500 empleados y la clausura de unas 250 sucursales, como mínimo, según los sindicatos.

También en el Banco Santander hay en marcha un proceso de reestructuración a raíz de la compra del Popular. La entidad que preside Patricía Botín y los sindicatos han cerrado hace dos semanas la negociación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que reducirá la plantilla de la entidad en 1.100 empleos, frente a los 1.500 propuestos en un principio.