Los tipos de interés negativos impulsados por el Banco Central Europeo (BCE) para reactivar la economía siguen golpeando duro a Bankia debido al elevado peso de las hipotecas en su balance. El banco ganó 541 millones de euros el año pasado, un 23% menos que en el 2018. Pese a ello y frente a las crecientes dudas del mercado, su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, reafirmó ayer la previsión de la entidad de pagar 2.500 millones a sus accionistas entre el 2018 y el 2020.

El banco anunció que les pagará un dividendo contra los resultados del 2019 igual al del año pasado: 355 millones. El Estado, propietario del 61,8% del banco, recibirá 220 millones, con lo que habrá recuperado 3.303 millones de los 24.069 millones públicos inyectados. La parte del león para alcanzar los 2.500 millones prometidos, con todo, está en juego este año, contra cuyos resultados el banco tendría que pagar a sus accionistas unos 1.790 millones. La principal vía será repartir el exceso de capital por encima del nivel del 12%. Suponiendo que el dividendo también fuera el mismo dentro de doce meses, el consejero delegado, José Sevilla, calculó que el capital deberá aumentar desde el 13,02% hasta el 14% durante el ejercicio. En el 2019 subió menos, desde el 12,39% del 2018, pero el ejecutivo se ha mostrado confiado en lograrlo.

Bankia, así, prevé una ligera mejora del resultado durante el 2020. Además, cuenta con la aportación de solvencia adicional que le daría que el BCE le dejase estimar las necesidades de capital de sus hipotecas de forma autónoma, aunque también puede haber un impacto negativo por la sentencia del índice hipotecario IRPH que debe emitir el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Goirigolzarri estimó que estas incógnitas se despejarán en la primera parte del año y que a partir de entonces será el momento de tomar decisiones.

Sobre el futuro de la entidad, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, confirmó ayer que el plan del Ejecutivo sigue siendo privatizar Bankia cuando el mercado ofrezca un «precio razonable» que permita recuperar «esa parte» de las ayudas aportadas al sector financiero, como adelantó este diario. Sin citarlo expresamente, la también ministra de Hacienda descartó así que haya un cambio de planes en la «hoja de ruta» pese a la alianza con Unidas Podemos, que siempre ha defendido convertir la entidad en un banco público de forma permanente y había propuesto cesar a su presidente. Paralelamente, Goirigolzarri confirmó que en un año se sigue viendo como presidente de Bankia y negó haber hablado con el Ejecutivo al respecto, pero sí subrayó que tiene una «relación magnífica» con el anterior Gobierno socialista.