Sorpresa del Banco Central Europeo (BCE). Su consejo de gobierno ha decidido este jueves aprobar una nueva inyección masiva de liquidez barata a los bancos condicionada a que estos la destinen a dar crédito a empresas y familias ('TLTRO', por sus siglas en inglés). El mercado esperaba que el banco central diera pistas sobre sus planes al respecto, pero no preveía que la decisión fuera a tomarse en esta reunión.

El tercer programa de inyecciones masivas de liquidez comenzará en septiembre y terminará en marzo del 2021 y cada una tendrá un plazo de devolución de dos años. "Estas nuevas operaciones ayudarán a preservar unas condiciones del crédito bancario favorables y suavizarán la transmisión de la política monetaria", ha argumentado el BCE en una nota. Los bancos podrán pedir prestado al organismo una cantidad equivalente a hasta el 30% de su cartera de crédito al cierre del pasado febrero y a un coste igual al tipo de interés oficial vigente en cada momento (ahora en el 0%).

Como sí se esperaba, el consejo de gobierno también ha decidido mantener los tipos de interés oficiales en los niveles mínimos históricos en que llevan instalados desde marzo del 2016. El precio oficial del dinero seguirá en el 0%, mientras que la facilidad marginal de crédito (el dinero que cobra a los bancos por prestarles) se mantendrá el 0,25% y la facilidad de depósito (el dinero con que remunera a los bancos por guardarles el dinero) permanecerá en el -0,40% (es decir, que les cobra en lugar de pagarles).

Los analistas daban por descontada esta decisión. El BCE anunció el pasado junio y ha confirmado este jueves que la posible subida de tipos no sucederá "hasta al menos durante el verano del 2019 y en todo caso durante el tiempo necesario para asegurar la continuación de la convergencia sostenida de la inflación hacia niveles inferiores, aunque próximos, al 2 % a medio plazo". De hecho, un buen número de expertos estima que el primer encarecimiento del dinero podría retrasarse hasta el 2020, habida cuenta la desaceleración que está sufriendo la economía de la zona euro, principalmente por Alemania e Italia.