La ampliación de capital que ha lanzado el Popular para sanear su balance ha vuelto a poner en evidencia que muchos bancos europeos todavía sufren una pesada carga de activos tóxicos(créditos morosos y adjudicados, es decir, inmuebles que se han quedado por los impagos) tras ocho años de crisis. Se trata de un serio problema para la débil economía del continente, pues limita su capacidad para prestar y apoyar el crecimiento. Por ello, el Banco Central Europeo (BCE) ultima una estrategia para forzarles a deshacerse de esa mochila con mayor rapidez.

Es una de las cinco prioridades del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) para este año. Su presidenta, Danièle Nouy, anunció hace unos días en Madrid que en breve tiene previsto presentar “ciertas propuestas”. Y el vicepresidente del BCE, Vítor Constâncio, concretó esta semana que la institución está elaborando una estrategia general basada en las “mejores prácticas” para reducir estos activos que ha detectado en los países del euro, además de planes individuales para que las entidades “aceleren” la resolución del problema. “Llevará su tiempo”, advirtió.

La banca de la eurozona tiene cerca de 900.000 millones de euros en activos improductivos (como se les conoce en la jerga del sector porque no aportan ingresos y obligan a reservar capital y hacer provisiones con las que afrontar las pérdidas que provocan al venderlos, de ahí que limiten la capacidad de dar créditos). A los bancos españoles les corresponden unos 213.000 millones, una cifra “todavía relevante”, según ha subrayado esta semana el gobernador del Banco de España, Luis María Linde. Países como Italia, Grecia, Portugal y Chipre tienen una situación más delicada, pero la de España dista de ser ideal.

COLABORACIÓN INTERNACIONAL

El MUS lleva tiempo trabajando en el asunto. El año pasado creó un grupo de trabajo liderado por la subgobernadora del Banco de Irlanda, Sharon Donnery, que, en colaboración con los supervisores nacionales de los países donde se concentra el problema (como el Banco de España), ha estado estudiando los portafolios de activos tóxicos de las entidades y definiendo las metodologías más adecuadas para abordar la situación y realizar recomendaciones a los bancos. En el sector se espera que complete su trabajo en las próximas semanas. También ha colaborado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para aprovechar su experiencia en la materia.

CUESTIÓN DE AÑOS

Ignazio Angeloni, uno de los consejeros del MUS, ha apuntado públicamente que una de las medidas que se adoptará será endurecer el gobierno corporativo y el control de riesgo de las entidades para garantizar la idoneidad de sus consejeros y ejecutivos y promover una “alta profesionalidad, estándares éticos e independencia de juicio” de los mismos. “El nuevo marco que se está preparando será introducido de manera escalonada y, con el objetivo de que genere seguridad en los mercados, sería deseable que fuera explicado adecuadamente”, apuntó hace unos días.

Una de las grandes preguntas es cuánto tiempo se tardará en resolver la situación. En el caso de Italia se habla de 10 años. “Depende de la magnitud del problema” en cada país, ha apuntado Nouy. La ratio de morosidad media de la eurozona cayó al 7% el año pasado, mientras que la tasa de cobertura (peso de las provisiones sobre los activos tóxicos) mejoró al 45,3%. En España se situaron en el 10,12% y el 50,1%, respectivamente. Gracias a la reestructuración de los últimos años, se debería tardar menos que en el caso italiano, pero tampoco será poco tiempo.

Hay, además, grandes diferencias entre entidades, como se ve en el gráfico adjunto. “Baja cobertura con alta morosidad y baja rentabilidad son indicios de problemas por falta de provisiones y capital. En esos casos, es más necesario que nunca reducir costes, y una vía es la fusión”, señala Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia e investigador del Ivie. El Popular antes de la ampliación y BMN, así, aparecen como los bancos más débiles. “La tasa de moral real, ampliada con los más de 80.000 millones de adjudicados, está en el 15,5%”, advierte.

Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Bangor University e investigador de Funcas, apunta que la situación se complica aún más por los bajos tipos, que reducen la rentabilidad de los bancos y les están llevando a recortar oficinas y plantilla. “Es difícil determinar que entidades anunciarán ampliaciones de capital. Pero, además, hay que desdramatizarlo porque pueden responder a muchos motivos y todos ellos concluyen en una posición más sólida en el mercado”, afirma.

Popular, Sabadell y BBVA son los bancos con mayor exposición inmobiliaria

Los bancos con mayor exposición inmobiliaria al cierre del 2015, medido según el peso de los activos adjudicados y los créditos al sector sobre el total de préstamos, son el Popular (32.024 millones, un 26% del total), Sabadell (14,8%, 18.751 millones) y BBVA (12,2%, 25.819 millones), por delante de Kutxabank (11,1%, 5.170 millones) y CaixaBank (10,4%, 23.532 millones).

En una zona intermedia están Ibercaja (10,1%, 3.611 millones), Santander (10,1%, 17.997 millones) y BMN (9,4%, 2.308 millones). Y los que menos son Unicaja (8,7%, 3.260 millones), Liberbank (4,7% sin tener en cuenta CCM, 1.046 millones), Bankia (4,3%, 5.190 millones) y Bankinter (3%, 1.370 millones).

Los que más la redujeron fueron Kutxabank (3,42%), Ibercaja (1,97%), CaixaBank (1,94%) y Popular (1,15%), por delante de Unicaja (0,61%), Bankia (0,58%), BBVA (0,49%), Sabadell (0,43%) y Santander (0,41%). En cambio, la aumentaron Bankinter (0,03%), Liberbank (0,85%) y BMN (2,5%).

LAS CLAVES DE LA NOTICIA

- Créditos morosos. Son los créditos impagados. Su definición varía por países. La Autoridad Bancaria Europea los define como aquellos en que el cliente lleva más de 90 días sin realizar los abonos o aquellos en que, aunque el deudor siga pagando, se estima que no podrá abonar todo lo que debe y el banco tendrá que quedarse (adjudicarse) el activo sobre la que está constituido el préstamo (el piso en las hipotecas o la promoción en los inmobiliarios, por ejemplo).

- Provisiones. Fondos que reservan los bancos por las pérdidas que les provocan los activos tóxicos. En el caso de los créditos morosos, para cubrirse si el cliente no puede volver a pagar y termina siendo un préstamo irrecuperable. Y en los activos adjudicados, para reflejar en los resultados su pérdida de valor respecto al precio al que los tenían contabilizados y protegerse de las pérdidas adicionales que sufrirán si los venden con una rebaja aún más grande.

- Cobertura. Tasa que mide el peso de las provisiones sobre los activos tóxicos. Cuanta más alta, más protegida está la entidad. Además, le facilita desprenderse de los mismos ya que podrá venderlos con una rebaja mayor sin sufrir pérdidas adicionales a las ya reconocidas vía provisiones. Si el activo está contabilizado a un valor 100 y la cobertura es de 50, lo puede vender a 50 sin sufrir nuevos quebrantos. Si lo vende a 55, recuperará 5 de provisiones.