Casi el 22% de la deuda pública española ya está en manos del Banco Central Europeo (BCE). La autoridad monetaria ha acumulado bonos españoles por importe de 250.711 millones de euros desde que en marzo del 2015 salió en rescate de la deuda europea con un programa de compra de activos del sector público (PSPP por su sigla en inglés) que ha permitido mantener bajo control la prima de riesgo de la mayor parte de los países europeos.

Según los últimos datos difundidos por el BCE, el organismo adquirió en julio 3.191 millones en deuda pública española, el 3,2% más que en junio, elevando el montante total por encima de los 250.000 millones. Así, casi el 22% de la deuda española ya está en manos del BCE mientras que las entidades financieras nacionales reducen su peso al entorno del 16%. Otro 44% corresponde a inversores extranjeros y el resto, a particulares españoles.

La deuda soberana española representa el 11,98% del total de 2,09 billones de euros inyectados por el BCE en el marco del programa de compra de activos del sector público, que solo en el mes de julio añadió 25.020 millones de euros a su saldo

En concreto, la deuda española es la cuarta con mayor presencia en la cartera del banco central, solo por detrás de los 497.930 millones en bonos alemanes, los 405.926 millones en bonos franceses y los 352.805 millones en bonos italianos. Por el contrario, los socios del euro con menor presencia en la cartera de deuda adquirida entre marzo de 2015 y julio de 2018 por el BCE fueron las pequeñas economías de Estonia (7 millones), Chipre (214 millones) y Malta (1.097 millones).

Caducidad del programa

Con tan elevada dependencia del BCE, la economía española se enfrenta al reto del fin del programa de compra de deuda pública que, según lo anunciado en junio por el presidente de la autoridad monetaria, Mario Draghi, se producirá en enero del 2019.

Tras la reunión del Consejo de Gobierno del BCE de junio, Draghi anunció un plan para reducir de 30.000 a 15.000 millones el montante mensual de compra de deuda pública y privada a partir de octubre con el objetivo de que las adquisiciones finalicen con el cierre del año.

El fin del dopaje

El programa de compra de activos es uno de los llamados 'vientos de cola' que han favorecido el crecimiento de la economía europea en general y de la española, en particular, por la reducción de tipos de interés y el ahorro de gastos financieros tanto en el sector público como en el privado (el BCE ha adquirido deuda de empresas europeas por más de 165.000 millones).

A partir de enero, la economía española, una de las más beneficiadas por la llamada "expansión cuantitativa" (Quantitative easing, QE, según la terminología anglosajona) tendrá que aprender a funcionar sin el 'dopaje' que supone la compra de deuda.

No se conocen los detalles sobre la finalización del programa, pero se prevé que el BCE conservará en su balance el volumen de deuda adquirida hasta final de año y que irá renovando los vencimientos de los títulos hasta que sea posible acometer una reducción paulatina de su balance sin que eso perturbe de forma drástica la estabilidad económica y financiera de los países de la eurozona. Siguiendo con el símil del dopaje, se podría decir que el BCE no aumentará las dosis inyectadas pero sí mantendrá el nivel de droga suficiente para evitar los perjuicios del síndrome de abstinencia.