La actividad de las empresas, su creación de empleo y sus resultados sufren un severo proceso de desaceleración que se ha «prolongado e intensificado» en lo que va del 2019. Esta es la principal conclusión de la doble estadística de la Central de Balances que elabora el Banco de España, presentada ayer.

Desde el 2012, el beneficio ordinario de las empresas no financieras (sin contar ingresos atípicos) no había dejado de crecer. En los tres primeros trimestres del 2018, el beneficio ordinario de las empresas anotó una subida del 5,1%. En el mismo periodo del 2019, sin embargo, se ha producido un descenso del 1% y todo apunta a que la serie anual de la Central de Balances Integrada (CBI) confirmará la tendencia.

Los resultados son más espectaculares, pero tal vez menos ajustados a la realidad si, además del resultado ordinario, se tiene en cuenta los ingresos extraordinarios por operaciones atípticas (como venta de activos y otras). En este caso, el resultado final de las 957 compañías que integran la muestra de la Central de Balances Trimestral (CBT) ha caído el 44,5% en los nueve primeros meses del 2019. Todo lo contrario que en el mismo periodo del 2018, cuando el resultado final creció el 52,3% impulsado, precisamente, por unos ingresos atípicos, que no se han vuelto a repetir en el 2019.

La estadística de la Central de Balances que confecciona el Banco de España es doble. La serie anual de la Central de Balances Integrada se construye a partir de los datos aportados por más de medio millón de empresas no financieras. La serie trimestral de la CBT parte de una muestra de 957 compañías.

En la práctica, esta muestra de la serie trimestral está sesgada a favor de la gran empresa y del sector industrial. En la CBI se incorpora un mayor volumen de pymes. Por eso, y por el diferente tamaño de cada una de las dos estadísticas, sus series no son comparables al cien por cien, pero su combinación sí sirve para perfilar las tendencias de las cuentas de las compañías.

Así, según los datos de esta doble estadística, el valor añadido bruto (VAB) de las empresas españolas creció el 4,5% en el conjunto del 2018, pero apenas lo ha hecho el 0,5% en los nueve primeros meses del año. La creación de empleo ha pasado del 4,4% al 0,6%, en un contexto de aumento salarial.

MENOS RENTABILIDAD / Al panorama de empeoramiento de los resultados se suma un deterioro de las ratios de rentabilidad (en el 28% de los casos es negativa) y un repunte del endeudamiento, que ha abandonado la senda de ajuste emprendida tras el estallido de la crisis.

Entre el 2010 y el 2019, el endeudamiento de las empresas se ha reducido en el equivalente a 45 puntos de PIB. «El menor endeudamiento ha contribuido a reducir la vulnerabilidad de las empresas», explicó ayer el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Oscar Arce.

La deuda, si embargo, ha enfilado una ligera senda de crecimiento en lo que va del 2019 hasta situarse en el 43% del activo neto a finales de septiembre, un punto por encima de la tasa del mismo periodo del año anterior. Con todo, la carga financiera sigue bajando, favorecida por los menores tipos de interés.

La menor creación de empleo se está traduciendo en un menor avance de los gastos de persona, que ha pasado del 5,7% en el 2018 al 4,4% como consecuencia de un menor empuje de las plantillas (0,6%), aunque el salario medio se ha acelerado (2,2%). En ambos períodos, el crecimiento del empleo se vio impulsado por la contratación fija.