Bill Gates, el cofundador de Microsoft junto a Paul Allen, anunció el pasado viernes que deja el consejo de administración de la compañía para dedicarse más a su trabajo filantrópico.

Gates y su esposa, Melinda, extrabajadora de Microsoft, mantienen una de las mayores organizaciones filantrópicas del mundo, la Gates Foundation, que destina millones de dólares a programas de educación, salud y medioambiente.

En el 2008, Gates anunció que abandonaba la dirección ejecutiva de Microsoft, que cedió a Steve Ballmer, para pasar a ser presidente del consejo de administración hasta el 2014. Entonces dejó el cargo y pasó a ocupar una silla en el consejo.

Ahora, abandona su última pata en la compañía que fundó en 1975, aunque no la rentabilidad de las acciones, que aunque actualmente se reducen al 1,4% del capital, le han convertido en el segundo hombre más rico del mundo, solo por detrás de Jeff Bezos, el fundador de Amazon.

Gates también abandona el consejo de administración de la empresa de su amigo Warren Buffett, Berkshire Hathaway Inc, en el que está desde el 2004.

El consejo de administración de Microsoft pasará ahora a tener 12 miembros, uno menos, al no ser sustituido Gates. «Ha sido un tremendo honor y privilegio haber trabajado con él y aprendido de Bill a lo largo de estos años», afirma el CEO de la empresa, Satya Nadella, sustituto de Ballmer.

«He tomado la decisión de dejar mi puesto en las dos juntas en las que sirvo para dedicar más tiempo a mis prioridades filantrópicas (...) El liderazgo en las empresas de Berkshire y en Microsoft nunca ha sido más fuerte que ahora, así que es el momento adecuado para dejarlo», apuntó Gates.

«Dejar la Junta de Microsoft no significa de ninguna manera que vaya a abandonar la compañía. Microsoft siempre será una parte importante de mi vida laboral y seguiré en contacto con Satya (Nadella) y el liderazgo técnico para ayudar a dar forma a la visión de futuro de la empresa y a lograr sus ambiciosos objetivos», añadió Gates.