La tecnología Blockchain no solo está detrás del bitcoin. En el Mobile World Congress 2018 parece estar detrás de cualquier nueva aplicación en menor o mayor medida, junto a otros ya viejos conocidos como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático (machine learning). Para los profanos, blockchain es la capacidad de garantizar la integridad de una cadena o secuencia (sea identidades, pagos o contratos) gracias a la computación distribuida. Es decir, la posibilidad de crear certificados invariables que no se alojan solo en un único servidor sino que se distribuyen por una red de ordenadores.

Esta garantía de que algo no se altera y su valor de cambio es la cualidad más preciada para los desarrolladores, que están comenzando a aplicarla para varios negocios. Carlos Domingo, exdirector de innovación de Telefónica, acaba de lanzar junto al cofundador de Mozilla, Brendan Eich, un fondo de inversión en empresas basadas en blockchain, Spice VC. Una de ellas es Securitize, que preside el propio Domingo y que se basa, explica, en “digitalizar la propiedad”. “Podemos fragmentar la propiedad de un cuadro o una vivienda en ‘tokens’, de modo que todo el mundo sabe a quién pertenecen pero cuando hay que repartir beneficios es un algoritmo el que se encarga de ello y no se pueden alterar las condiciones”, explica.

Sobre las sospechas de opacidad financiera, Domingo explica que las inversiones no necesariamente se han de respaldar con criptomonedas, sino contra euros o dólares, sin que exista un emisor central. “Blockchain es la promesa de que internet podría descentralizarlo todo. Lo que ocurre es que hasta ahora solo hemos cambiado en manos de quién estaban las cosas y hemos pasado de las operadoras a los Google, Uber, Airbnb y Facebook”.

Un nuevo DNI digital

“El concepto de contratos distribuidos y garantizados (los llamados ‘smart contracts’) se puede aplicar también a derechos de imagen, derechos de autor... cualquier activo”, resume. SRG, una startup ruso-catalana, lo aplica a pagos en videojuegos y hay quien lo hace para garantizar la cadena de transacciones en publicidad. O en la trazabilidad de alimentos, como ha hecho Worldline para la cadena de supermercados Veritas.

Otra startup catalana, Cocooking, mostraba en el 4YFN cómo se puede aplicar blockchain para preservar la reputación digital como cocinero y guardar los puntos que le van dando sus comensales, y que luego le permiten conseguir nuevos menús. “Usamos blockchain para crear un perfil del usuario que luego podría exportar para otras aplicaciones como un DNI digital. Lo hicimos porque nos iba bien y como podíamos usar software libre para hacerlo”, señala Ángel Imaz, el jefe técnico de la app.

Ese mismo concepto de DNI descentralizado lo proponen también otras empresas para la gestión de identidad de los clientes de las operadoras, de modo que cada usuario pudiera pasar de una empresa a otra llevándose todo su historial de consumos y usos. O incluso para la gestión de las redes 5G de internet de las cosas, como hace Mobilestack, una startup californiana.

Monedas con premio

También las administraciones están apostando por blockchain. El Ayuntamiento de Moscú ha creado una app para sus ciudadanos más concienciados, llamada Active Citizens, en la que pueden expresar su opinión sobre asuntos municipales (algo similar a lo aquí es la plataforma web Decidim.Barcelona) pero para incentivarles, cada participación va generando puntos que son intercambiables por el uso de servicios municipales, como el parking público o tickets de transporte. “En un futuro queremos convertirlo en criptomonedas, pero aún está pendiente de cuestiones legislativas”, explica Andrey Belozerov, asesor de innovación de Moscú. Las iniciativas con criptomonedas también se están desarrollando en Viladecans y en breve en Santa Coloma de Gramanet y Barcelona.

Y si alguien quiere minar criptomonedas en su tiempo libre, la compañía británica Electroneum presenta una app que permite ir ganando dinero con el que se puede pagar otros servicios minando monedas con el móvil. “No gasta mucha batería y te puedes sacar dos o tres euros al mes”, explica su responsable, Richard Ellis.